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La de
2, una jugada maestra que falló
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Más
candente que las diputaciones
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De los
aspirantes, ninguno cree en JDO
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Pues bien, la jugada maestra por la
candidatura de dos años para prolongar el proyecto de la Fidelidad, no resultó
como esperaban.
La promoción de lo que también llaman la
minigubernatura era para provocar que los grandes aspirantes a la candidatura
del gobierno del estado se desalentaran y dejaran prácticamente sólo al impulsado
por “los nietos de la fidelidad” (Alberto Silva, pues) para que fuese el
próximo gobernador de Veracruz.
Pero al contrario de lo que fue el
proyecto original se dieron dos grandes circunstancias que complicaron y hasta
revirtieron esto:
1.
Finalmente
muchos son los ya los apuntados para competir por la candidatura al gobierno
del estado para el periodo de 2 años, tanto por el PRI como por el PAN.
2.
La
imagen de Alberto Silva no creció para poder competir con los otros aspirantes.
¿Porqué fracasó tan estruendosamente ese
proyecto?
Muy sencillo, porque hay una
animadversión tal hacia la gestión de Javier Duarte y la continuación del
proyecto de la Fidelidad, que todos (absolutamente todos) los que se sienten en
posibilidades de poder llegar a la nominación, están mostrando sus cartas.
Y es que a todos (absolutamente a todos)
les han hecho promesas y ofrecimientos que quedaron sin cumplir.
Pero además en este panorama se está
dando una situación en la que Javier Duarte ha querido volverse experto, pero
que tampoco le ha resultado: montarse en carro ajeno para tratar de hacerlo
parecer como propio.
A partir de septiembre del año pasado
Javier Duarte se desvivió en comentarios a favor de Alberto Silva, para dejar
en claro que su tendencia para sucederlo era esa; pero además desde sus
oficinas comenzaron a presionar a los funcionarios estatales y a todos los
grupos políticos para que se pronunciaran a su favor. Quisieron crear el
imaginario de la cargada en pleno.
Pero el albazo terminó por fracasar e
incluso provocó que al grupo FHB-JDO le saliese el tiro por la culata, porque
muchos lo que hicieron fue pronunciarse en el PRI por alguno de los senadores
Yunes, Héctor o Pepe.
Y las corrientes a favor de los mismos
crecieron tanto que hasta una encuesta interna de la Universidad Veracruzana,
realizada por su Centro de Estudios de Opinión y Análisis, muestra a José Yunes
arriba, en las preferencias para ser el próximo gobernador (que no el sucesor
de Javier Duarte), impulsado por la postura que tomó de marcar distancia con la
actual administración gubernamental.
Y Alberto Silva no figura en esa
medición, si no que aparece por allá, en el fondo, aún después de Erick Lagos,
que era la segunda carta del grupo de la Fidelidad, pero que ahora es el
posible caballo negro que puede salir de ese establo.
Bueno, no, porque las mediciones
reflejan los niveles tan bajos de aceptación que ambos tienen, que ahora
quieren hacer crecer a Carolina Gudiño, primero ganando la diputación federal
por Boca del Río, para después postularla, inclusive ponderando que sería la
primera mujer gobernadora en Veracruz.
(Pregunta al margen, dirigida a los
interesados: ¿Miguel Ángel Yunes será tan siniestro que dejará que Carolina
Gudiño gane la elección federal a la diputación por Boca del Río para impulsar
que sea la candidata del PRI al gobierno del estado y tener una contrincante
débil?)
Pues bien, ahora Duarte como vocero de
la Fidelidad, dice no tener favorito para candidato hacia la próxima
gubernatura y que será quien este mejor posicionado.
Pero mientras lo dice recorre obras del
ayuntamiento de Xalapa junto con el alcalde Américo Zúñiga y el diputado
federal Alejandro Montanto, también autoencartado en la búsqueda de la
candidatura de dos años.
El legislador se muestra como la carta
fuerte del alemanismo y asegura tener las simpatías de Enrique Peña Nieto para
buscar la candidatura.
Y el alemanismo está recobrando fuerza
política en el estado, sobre todo ahora que le dieron la Secretaría de Finanzas
a Antonio Gómez Pelegrin, un burócrata medio de los acostumbrados a sacar la
chamba conforme a las indicaciones de los jefes. Otra posición de ese grupo es
el ahora Secretario de Educación, Flavino Ríos, quien fue secretario de
gobierno con Miguel Alemán y en su diputación anterior también tuvo el apoyo de
ese grupo.
Alejandro Montano es el último carro al
que se subió Javier Duarte queriendo hacerlo parecer como propio.
Antes de eso le coqueteó abiertamente a
José Yunes, pero a la vez también -desde sus oficinas- hicieron filtraciones
buscando hacer aparecer que el Senador ya estaba cerca de la Fidelidad, como
una inserción hecha en Notiver donde se aseguraba que se había reunido con
Fidel Herrera en un restaurante del DF y que este le ofreció posiciones y
dinero.
Y el acercamiento anterior, para
aparentar cercanía con quienes si pueden ser candidatos, fue con Héctor Yunes,
con quien tuvo el polémico encuentro en Casa Veracruz, después del cual se
dieron los nombramientos para al menos tres de sus cercanos: Yolanda Gutiérrez,
Salvador Mellado, y Edmundo Martínez Zaleta.
Pero ninguno de los tres le cree ya a
Javier Duarte, porque las promesas hechas han sido muchas, y las cumplidas
prácticamente ninguna.
Por eso también un cuarto aspirante,
Gerardo Buganza, prefirió mover sus cartas en el DF, para estar en posición de
pelear la candidatura o por lo menos una posición en la legislatura federal que
entrará en el 2018. Es, como se autodefine, “multifactorial”.
Así pues, eso de que la Fidelidad
tendría vía libre para la gubernatura de dos años, quedo en aspiración
incumplida.
Y ahora tienen que buscar como imponer a
su candidato (porque las ganas de mantenerse en el poder no las han perdido) o
montarse al carro de quienes realmente pueden llegar.
Por eso es que la gubernatura de dos
años es hoy más candente que las diputaciones en juego para este 2015.
UN CAMINO ESPERADO 30 AÑOS. Por cierto,
una de las obras en las que Javier Duarte anduvo mostrándose cerca de Alejandro
Montano es un camino de terracería que a él le pidieron cuando fue candidato al
gobierno del estado y que (dicen los vecinos) sería de lo primero que haría: El
Castillo-Las Cruces.
30 años esperaron los vecinos para que
alguien les hiciera caso.
Américo Zúñiga, como alcalde de Xalapa
consiguió casi 13 millones de pesos para construir la carretera con pavimento
asfáltico, dentro de las participaciones federales del Fondo de Infraestructura
Social Municipal.
A ese evento Javier Duarte se llevó a
Tomás Ruiz, el nuevo titular de la Secretaría de Infraestructura y Obra
Pública.
Por cierto, esa zona fue donde cayeron
los mayores pedazos de hielo de la tormentosa granizada del 27 de abril de
2014. Y por las condiciones climáticas y del camino, fue difícil llegar, según
recordó Américo Zúñiga.
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