Crucero Político

            Regulación sanitaria OJO

            Ambulantes de alimentos

          ¿Cumplen con las normas?

LA SANIDAD ES UN DERECHO CIUDADANO, EL CUAL DEBE DE SER CUIDADOSAMENTE BIEN VIGILADO            PARA EVITAR EPIDEMIAS.                                                                J. L. L. O.  25/03/15

Veracruz, Ver. Mx. Estamos a un paso de empezar los días de asueto de la semana santa, y con ello la inexcusable obligación de las dependencias inherentes al sector salud tener una minuciosa observación a todos los negocios con expedición de alimentos, sobre todo esos negocios de carácter ambulante, mismos que, por las características de su movilidad dejan espacios en su vigilancia, espacios que en la mayoría de las veces llevan al consumidor de la calle a sufrir enfermedades provocadas por la elaboración antihigiénica, en la mayoría de los casos, de todos esos alimentos callejeros. Existe en el sector salud un órgano que se llama REGULACIÓN SANITARIA, a ese organismo compete la obligación de mantener todo tipo de vigilancia en cuanto los expendedores ambulantes de todo tipo de alimentos, más ahora que ciudades como la nuestra son destinos turísticos de cientos de miles de turistas, tanto nacionales como extranjeros. Los expendedores de frutas en triciclos, mismos que le lavan las frutas a ojos del cliente con agua que ellos traen, la mayoría de las en cubetas sin poder saber si el agua con que lavan esas frutas está desinfectada debidamente o es agua de la llave, agua que en la mayoría de los casos está sumamente contaminada e incluso se lavan los vendedores las manos después de hacer sus necesidades al aire libre, ya que por andar en la calle les resulta imposible contar con un espacio apropiado para ello, quienes consumen ese tipo de alimentos frutales están comiendo gérmenes bacteriológicos malos para su organismo, donde lo menos que pueden atraerse es una tifoidea de llévame muy de prisa al primer hospital, y en verdad que ese tipo de enfermedades adquiridas en esas fuentes que incuban los microbios actúan inmediata. Repetimos, la existencia de sanidad debe de poner, en estos días, mayor vigilancia sobre éste tipo de negocios de comidas de las llamadas callejeras, ello ante la proximidad de la temporada vacacional.

Y si de extremar cuidados se trata deben de poner mucha atención en la venta de tamales y champurrados, atoles y hasta licuados, existe en el puerto de Veracruz una cantidad de vendedores ambulantes de eso tamales y bebidas calientes que se mueven en triciclos, les vemos por todos lados, lo cual indica que no es solamente uno o dos triciclos y si un grupo bastante numeroso, es decir, una cadena de éste tipo de negocios de comida ambulante y que nadie sabe en qué forma elaboran los alimentos que expenden, Regulación Sanitaria debe de investigar el lugar en donde se deben de preparar todos los alimentos que andan vendiendo por toda la ciudad, y sobre todo, cuales son las normas de higiene con las que los empresarios de esa cadena de triciclos elaboran, tanto los tamales como las bebidas de atole y champurrados, si esos líquidos alimenticios son preparados con agua corriente o el agua que usan es apta para su preparación.

Estando atentos a ese tipo de negocios en triciclos, tanto de los de fruta como los de atole observamos que es toda una flotilla la que se mueve por toda la ciudad e incluso por zona conurbada, lógico es pensar que esos vendedores no tendrán tiempo para ir hacia donde el o la dueña de esa empresa les pueda cambiar los alimentos que, con los calores de más de treinta grados que nos abaten en la zona, se hayan descompuesto, y con seguridad ese tipo de vendedores tienen la obligación de andar hasta vender el último tamal y el último sorbo de bebidas. No estamos en contra del libre comercio, estamos tratando de evitarle al sistema de Salud Estatal verse envuelto en una situación que, dado el caso, pueda llevar a caracteres epidemiológicos con resultados sumamente perniciosos en contra, tanto del ciudadano local como de los turistas que en éstas fechas nos visitan. REPETIMOS QUE NO es uno o dos sino decenas de triciclos que vemos por la ciudad y zona conurbada en venta tanto de frutas como de tamales y atoles, champurrados y hasta licuados. El grito antes de la catástrofe puede evitar miles de problemas, sobre todo una situación negativa para un Estado como el nuestro que tanto tiene que ofrecer en materia de turismo.

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