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martes, 8 de diciembre de 2015

Crucero Político



                Cuento de árabes y camellos
                  Las cuotas que paga el pulpo
               Muchos dinares mensuales

COMO YA ESTÁ EN VIGOR LA LEY MORDAZA AHORA TENDREMOS QUE REDACTARLES UNA DE CUENTOS DE CAMELLOS Y CUOTAS

Veracruz, Ver. Mx. Había una vez un reino, en los desiertos del Sahara donde tenían como el jefe de recaudación de impuestos de camellos a un jefazo conocido como “El SANTOLLO y éste a su vez, tenía un achichincle conocido como; Baúl Águila teja d a, quien estaba con la noble encomienda de recaudar los fondos para las arcas jeque elsantollo, dichos fondos se hacían vía impuestos a propietarios de las líneas de camellos que hacían las veces de un sistema de transporte que los beduinos tenían que usar para ir a sus labores o paseos, así las cosas, esos émulos de lo que hoy podría ser el transporte actual, tenía su empresa que se conocía como el pulpo camellero. Y bien, en ese pequeño reino el sistema de camellos dedicados al transporte constaba en número de dos mil quinientos cuarenta y cuatro que daban el servicio en ese pequeño reino, pero había más camelleros que, por ser amigos del jeque EL SANTOLLO pues estaban exentos de pagar esos mencionados impuestos, los jerarcas de ese grupo amigo del jeque estaban lidereados por un beduino apodado como el  pollono, luego entonces los propietarios del grupo de camellos ajenos al pollono tenían que pagar lo de ellos y, lógicamente para no castigar las arcas de ELSANTOLLO las de éste pollono, razón por la cual les pusieron a los amigos del pollono la cuota mensual de un mil dinares por camello, cuota que tenían que pagar así estuviera el camello accidentado por haber caído en una duna o resbalado en ellas y estuviera en el taller de los camellos, aun así las cuotas tenían que salir de los camelleros. Saque usted las cuentas de mil dinares a dos mil quinientos cuarenta y cuatro camellos, la suma recaudada era nada menos que de DOS MILLONES QUINIENTOS CUARENTA Y CUATRO DINARES al mes. Olvidamos decirles el nombre de ese pequeño reino donde el jeque EL SANTOLLO era quien partía el queso, ese reino se llamaba LA BERA CRUZE que por ningún concepto tiene similitud alguna con la de la vera cruz, aunque pueda parecer y sonar casi iguales recuerden que es un cuento árabe y, como cuento, cualquier similitud con alguna realidad que a ustedes pueda parecerles es solo eso, una similitud muy lejos de la realidad, lo aclaramos por aquello de las pésimas y controversiales equivocaciones y malas interpretaciones que pudieran darse. En el cuento no nos dicen si de esos poco más dos millones y medio de dinares el jeque tenía que darle algún tipo de participación al Mustafá de todo el reino, cosa que quizá sea lo más seguro salvo que, al enterarse el jefe máximo mandase cortarle las manos a Elsantollo y a su fiel recaudador de esos impuestos, como podemos darnos cuentas el negocio de dromedarios deja píngues ganancias en esas zonas de los desiertos, de ahí que se reúnan recaudadores y quienes tienen las concesiones del arrastre de los camellos enfermos o accidentados por lo desastroso de las dunas tanto en las ciudades árabes como en las colonias de riendas de campaña que se instalan en sus cercanías.

CREAN USTEDES QUE CUALQUIRE SEMEJANZA con alguna situación que se pueda vivir con las ciudades de los paganos que viven en occidente es pura y mera coincidencia, nada más lejos de querer poner como ejemplo la vida de oriente con sus camellos comparándolos a manera de igualdad con las formas de transportar que se usan los infieles al Corán, por lo que aclarada cualquier similitud que alguien con malos pensamientos pudiera querer dar otro tinte a la narración, les dejamos como siempre las modernidades que usamos en ésta parte del mundo occidental para servirles con gusto: http://crucero-politico.blogspot.mx loyocrucero@hotmail.comloyocruceropolitico@yahoo.com.mx ,  Twitter @Loyo Ochoa Facebook joseluisloyo1 y su portal de internet: www.cruceropolitico.com.mx desde donde con mucho gusto trataremos de narrarles más cuentos, algunas veces árabes, otras veces chinos y, porque no, una que otra vez aztecas, zapotecas y hasta mayas. POR lo pronto es cuánto tenemos en el tintero esperando les gusten los cuentos y disculpando ésta nuestra nueva forma de narrar cuentos. Mil gracias.      

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