Prosa
aprisa
Ya no hay duda: sí hubo mal manejo
de recursos
Arturo Reyes Isidoro
Lo bueno, si
breve, dos veces bueno, escribió Baltasar Gracián en Oráculo y arte de prudencia en 1647.
Esto se puede
aplicar muy bien al brevísimo texto introductorio que leyó ayer en su
comparecencia en la Legislatura con motivo del V Informe de Gobierno el
Contralor General del Estado, Ricardo García Guzmán.
El panuquense
se dejó de rollos, no le aplicó a los diputados ni al público que lo escuchaba
la aburridora y prefirió dar puntual respuesta, hasta donde la prudencia
política se lo permitió, a las preguntas que llevaban preparadas y le hicieron
los legisladores.
Se le critica
porque en ocasiones respondió con un sí o con un no, pero a veces no es
necesario decir tanto para decir mucho.
El mejor
ejemplo de ello fue cuando el diputado panista Julen Rementería del Puerto con
un solo sí pudo concluir “quien miente” en el tema de las denuncias sobre
“aviadores” y venta de plazas en la Secretaría de Salud que el exsecretario del
ramo, Juan Antonio Nemi Dib, afirma que presentó y que el actual titular,
Fernando Benírez Obeso, niega que existan.
Julen le
había pedido ser claro y que respondiera sólo con un sí o con un no –“no me
diga quién miente”– sobre si existían las denuncias.
Hizo
malabares el Contralor pero le entró al toro: “Muy complicado decir un sí o un
no. Yo tengo en mis archivos un documento que en su momento dirigió el
licenciado Nemi al secretario de Salud, informándole de la presentación de
algunas denuncias que se hicieron a lo largo y ancho del territorio
veracruzano”.
¿Necesitaba
decir más?
Lo más grave
es que seguramente habían informado mal sobre el caso al propio gobernador
Javier Duarte, pues éste por la mañana en conferencia de prensa había dado la
razón a Benítez negando que hubiera denuncias y había dicho que Nemi se había
equivocado.
El papel de
Ricardo no es nada fácil ni su posición la mejor, pero, advierto, ha decidido
actuar con estricto apego a la legalidad y a la realidad, sin buscar quedar
bien con nadie, por una simple pero alta razón: sí él encubre a alguien u
oculta información y la niega, tarde o temprano pagará las consecuencias
legales, y lo sabe muy bien y está consciente de ello.
Cuando tomó
posesión de su actual cargo, en julio del año pasado, recordé y escribí que
fuimos compañeros en el gobierno del licenciado Miguel Alemán Velasco, él en la
Contraloría y yo en Prensa, y comenté una anécdota.
Un día
estando en su oficina le pregunté si era cierto que había parado un negocio
multimillonario que estaba a punto de realizar un secretario de despacho
abusando de su cargo. Me confirmó que sí, que la instrucción de que lo evitara
se la había dado el propio gobernador, que ya le había notificado al
funcionario, pero que era de mucha cuantía lo que había parado que incluso
temía por su vida.
Eso me dio –y
me sigue dando– idea de la enorme responsabilidad que tiene si quiere cumplir
bien su función como, creo, la está cumpliendo.
Él no es
ningún improvisado y me consta que incluso muchos especialistas en
fiscalización administrativa gubernamental con grado de doctores lo reconocen
como el mejor o como uno de los mejores, porque me lo han dicho.
Por eso sé
también que, en efecto, gracias a su experiencia y conocimiento del tema que
maneja, así como por sus excelentes relaciones con los funcionarios de la
Auditoría Superior de la Federación (ASF), del titular Juan Manuel Portal
Martínez para abajo (Ricardo fue coordinador nacional de la Comisión Permanente
de Contralores Estados-Federación), logró cuadrar y que se solventaran casi la
mayoría de las denuncias por presuntos malos manejos de los recursos públicos
que había presentado la ASF ante la Procuraduría General de la República,
salvando a varios funcionarios públicos que, me han dicho, ni las gracias le
han dado.
Pero así como
pudo hacer eso, igualmente sabe muy bien que hay cosas que ya no se pueden
salvar y de ahí que no haya dudado en reconocer que no se podrán comprobar 3
mil 600 millones de 5 mil 800 que fueron observados por la ASF correspondientes
a la cuenta pública 2013.
García Guzmán
fue claro: la ASF realizó 44 auditorías al Gobierno de Veracruz, con un monto
auditado de 38 mil millones de pesos y un monto observado por 11 mil 100
millones, de los cuales ya se solventaron 5 mil 300, pero están pendientes
todavía 5 mil 800, de los que esperan comprobar 2 mil 200, no así 3 mil 600,
que necesariamente tendrán que ser reintegrados, devueltos a la Tesorería de la
Federación, so pena de que haya nuevas denuncias ante la PGR, esto es, ya sólo
hay de una sopa: o se devuelven o se devuelven.
Seguramente
fue difícil para él dictar sanciones contra funcionarios y exfuncionarios, el
exsecretario de Finanzas, Mauricio Audirac Murillo, el más significativo,
acusado de omisión por no haber entregado información para solventar la
aplicación de recursos públicos de los ejercicios 2008, 2009 y 2010
(inhabilitación de diez años para desempeñarse en el servicio público y multa
por 29 millones, 383 mil 981 pesos), pero no le quedaba de otra. Si no lo
hacía, mañana él mismo sería denunciado por omisión.
No se sabe
qué va a pasar ahora con él después de haber dicho la verdad sobre la situación
de la administración pública estatal por cuanto hace a auditorías,
solventaciones y pendientes que se tienen, el más preocupante la devolución de
los 3 mil 600 millones de pesos, pero Ricardo ha dicho lo que todos los
veracruzanos queríamos saber y escuchar, lo que, por lo demás, quitará presión
al Gobierno si acepta sin ningún rubor la situación y ofrece reintegrar el
dinero pero, además, si también decide actuar contra los responsables del
desaguisado que, según tengo entendido, están bien señalados.
A juicio mío,
en este momento el Contralor es el mejor aliado que tiene el gobernador Javier
Duarte para salir lo más limpio posible cuando deje la gubernatura. Si no se le
sostiene en el cargo, si no se le apoya y si no se le deja que actúe en contra
de los responsables, se dejará ir la gran y acaso última oportunidad para
salvar a esta administración de consecuencias legales a futuro. Si no se hace
ahora, el nuevo gobernador lo hará con consecuencias ahora imprevisibles.
Una cosa nos
queda claro a los veracruzanos: sí hay, sí hubo mal manejo de los recursos
públicos. Lo mejor, que una voz autorizada de adentro mismo de la administración
por fin lo ha aceptado y lo ha dicho con
toda claridad. Todos esperamos ahora que se actúe en consecuencia.
Buganza, también aprieta el paso
Ayer comenté
que tanto Tomás Ruiz González como Miguel Ángel Yunes Linares están apretando
el acelerador en su aspiración de ser candidatos al gobierno de Veracruz. Pero
otro que no se queda atrás es el aspirante independiente, Gerardo Buganza
Salmerón. En sus cuentas de Facebook y Twitter escribió: “En la Casa de Independientes en Xalapa,
este lunes se realizó el primer curso de capacitación a nuestras diferentes
estructuras que en los 30 Distritos Electorales han empezado un intenso trabajo
de promoción para Generar Bienestar. ¡Vamos Independientes!” El sábado pasado,
Buganza inauguró otra Casa de Independientes en Boca del Río e hizo mucho ruido
con una caravana de más de 200 taxistas y en las colonias Manantiales y
Carranza.
El IVEA, un gran trabajo
Sólo cuando
se tienen resultados es posible hablar con la seguridad y el entusiasmo que le
vi ayer a la Directora General del Instituto Veracruzano de Educación para los
Adultos, Socorro Sandoval Vázquez. Durante una comida con columnistas nos
platicó ayer detalles y nos ofreció cifras, fechas, lugares, montos de todo lo
logrado y dónde y cuándo. La ocasión sirvió para celebrar, de paso, el
cumpleaños de su jefa de Prensa, la compañera Mónica Fadanelli Hernández, del
aprecio de todos nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario