Grandes hombre de Veracruz
Don Adolfo y Don Fernando
Y se rompieron los moldes
PARA PODER DEJAR GRANDES Y
GRATOS RECUERDOS EN LOS PUEBLOS ES
REQUISITO SER GRANDE ALMA Y ESPÍRITU Y
NOBLE A LA VEZ
Veracruz, Ver. Mx. No
siempre la historia la escriben los ganadores, hay, en éste Veracruz, dos
grandes hombres que jamás escribieron sus vidas y aceres en las mismas pero,
los que junto ellos estuvieron se dieron a la tarea de resaltar, más que sus
glorias sus pasos como seres con virtudes y atinos en la vida, así las cosas
nuestro Veracruz tiene sin duda alguna el orgullo de contar entre las páginas
de su historia con dos seres llamados fuera de serie, le primero por orden de
aparición lo fue Don Adolfo Ruiz Cortines, hombre de humilde sin que jamás se
le haya olvidado sus orígenes y, menos aún, se haya sabido que despreciara a
ninguna persona, mucho menos a quienes estuvieran bajo su servicio: El segundo
lo fue Don Fernando Gutiérrez Barrios, ambos veracruzanos se distinguieron por
ser caballeros a carta cabal, pero sumado a ello, por su gran amor por su
patria que es México. Nos tocó la suerte de conocer a ambos personajes, y de
ellos solo puedo guardar gratos recuerdos sin menos cabo de otros o dos o tres
que hemos podido tener la fortuna de conocer y tratar a lo ya largo de nuestra
vida. De Don Adolfo Ruiz Cortines, siendo éste servidor apenas niño le veíamos
llegar al café del centro, el ubicado enfrente de la Catedral, para, sentarse en
la mesa a afuera y, con sus amigos de siempre tomarse un café negro, y en la
esquinas fuera de su mirada, los guardias presidenciales que él mismo les decía
no quería le cuidaran, en su tierra que era su casa nadie le haría nada malo,
de ahí que los pobre guardias tenían la necesidad de hacerse invisibles a la
vista del que entonces era el Presidente de México, de ahí, una vez degustado
su café y platicado con sus amigos Don Adolfo se despedía de ellos y caminaba
por la avenida Independencia doblando en la calle Aquiles Serdán hasta llegar a
la esquina con la avenida Zaragoza, donde estaba otra cafetería tan famosa como
la de la parroquia, ésta se llamaba La Sirena, ahí se reunía con otro grupo de
amigos para, cual si fuera un ritual, ponerse a jugar un partido dominó,
lógicamente también le era servido su cafecito negro, les decíamos líneas
arriba que éramos, por ese entonces chiquillo, como todo chiquillo travieso, yo
iba a la Sirena a tomar mi vaso con leche, el mesero tenía edad más que madura,
me traía mi vaso con leche y, dándose la vuelta le ponía sal al vaso para
decirle Que la leche sabía fea, el pobre señor la probaba y constataba que en
efecto sabía fea para, acto seguido traerme otro vaso con nueva leche, pero una
ocasión, a mi espalda estaba parado Don Adolfo, sin yo haber oídos sus pisadas
se había quedado tras mío para ver mi travesura y, dándome un coscorrón me
obligó a tomarme esa lecha a la cual yo le había puesto sal, lógico que, cuando
me vio con mi madre le dijo; Irene, Pepe Luis es muy travieso, a lo cual mi
madre recuerdo le contestó, Do Adolfo, cuando usted lo vea dele sus coscorrones
por favor, respondiéndole Don Adolfo; es lo que hago Irene. Así era entonces quien fuera presidente de
México y que yo, por mi corta edad no lo sabía.
Y luego de beber su o sus
cafés y jugar su partida de domino con esos sus otros amigos iba rumbo a la
avenida Independencia caminando hasta llegar al Parque Zamora, atravesarlo y
seguir por toda la avenida Díaz Mirón hasta llegar a donde hoy está (o estaba) un
cine en donde doblaba para legar a su casa en General Miguel Alemán, repetimos,
ese comportar y actuar de un hombre siendo PRESIDENTE de México. IGUALITO A LOS
que hoy ciñen esa banda orgullo de nuestra Nación. Anécdotas de Don Adolfo Ruiz
Cortines hay muchas que sería interminable narrar en espacios tan breves, pero
en todas y cada de esas anécdotas se mostraba a un ser humano sencillo que
jamás se mareo, ni como Gobernador de éste su Estado ni como Presidente de
México, otro día con más tiempo y espacio narraremos a ustedes otras
situaciones que marcaron la trayectoria de un hombre íntegro como hoy ya no
existen en nuestra tan corrompida política.
Y VIENE EL SEGUNDO, por
orden de aparición, de los grandes hombres que supieron dejar huella de su paso
por el servicio público de nuestro País: Don Fernando Gutiérrez Barrios y que,
a no dudar forma de esos moldes ya desaparecidos, moldes de auténticos hombres
y servidores públicos que, para desgracia de nuestro pueblo, no volveremos a
tener, alguien siempre pulcro en sus formas y su vestir, conocedor de los
vicios que padecen aquellos los que se marean apenas suben a una hoja de papel
bond en la política, siempre ecuánime y directo en sus expresiones pero
procurando nunca lastimar ni ofender a nadie, sabemos y conocimos a dos
entrañables amigos del oriundo de Alto Lucero Veracruz, Marcos López y Armando
Félix, (el mayor) éstos dos personajes gozaron de todas las confianzas de quien
fuera bautizado como el HOMBRE LEYENDA, existió otro personaje muy allegado a él,
fue Miguel Nazar Haro, recuerdo cuando sale a la luz nuestra revista Crucero
Político fui a dar ésta, amén de repartirla en los sectores políticos, también
en especial a dos personajes de la ciudad de México, Moguel Alemán Velasco y
Don Fernando Gutiérrez Barrios, cuando se llegó a finalizar el mes de Octubre
empezamos tratando de preservar nuestras tradiciones con las calaveras hechas
por éste servidor, lógicamente haciendo, entre otras, las de Don Fernando, al
cual le llevábamos la revista a sus oficinas en Río Tíber de la ciudad capital,
ya iba de salida de Don Fernando, según parece rumbo a Acapulco, en la puerta
del vehículo me extendió la mano para tomarla y ahí mismo la hojeo diciéndome
que por favor le diera las que llevaba para repartirlas allá donde iba. Para
esto ya desde salidas las calaveras me había pedido le hiciera sin faltar la de
su amigo y también amigo de éste servidor Miguel Nazar Haro, lo bueno que en
esa ocasión llevábamos más revistas por aquello de las dudas y, por esa razón
no tuvimos que volver al puerto para proveernos de más revistas, gozaba en
verdad el hombre Leyenda de sus calaveras y las de su amigo Miguel. Don
Fernando no sabía y creo nunca supo hacerse el nudo su corbata, y cuando había
ocasión nos pedía que se lo hiciéramos. Amigos, son tantas las anécdotas de dos
Grande Hombres que ha dado la tierra Veracruzana que tardaríamos horas
exponiendo solamente algunas de sus historias, por hoy hasta aquí les dejamos
éstas e igualmente les dejamos nuestros modernos medios de comunicación para
servirles con muchísimo gusto: http://crucero-politico.blogspot.mx loyocrucero@hotmail.com , loyocruceropolitico@yahoo.com.mx , twitter @Loyoochoa , Facebook joseluisloyo1 y su
portal de internet: www.cruceropolitico.com.mx esperando el espacio haya sido de su agrado y que
usted mismos haga sus comparaciones para saber si estamos ciertos en cuanto la
ruptora de aquellos moldes de antaño. Gracias.
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