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domingo, 1 de noviembre de 2015

PLANA MAYOR



PLANA MAYOR

·        El Poder Judicial: barbas a remojar

Parabienes a los  capitanes del navío Imagen de Veracruz por el 25 aniversario de su fundación. No ha sido fácil, ha sido una tarea titánica enfrentar el complejo mundo de los Mass Medios en medio de las crestas de los océanos políticos. Un abrazo fraternal a los capitanes José Pablo Robles Martínez y José Pablo Robles Barajas.
      
Gaudencio García Rivera

El Poder Judicial del estado, en teoría uno de los contrapesos del Poder Ejecutivo, debe y debería poner sus barbas a remojar con la controversia generada dentro y fuera de la Suprema Corte de Justicia de la Nación porque las designaciones de los magistrados no tengan cuotas partidistas, cuatachismos y se tome en cuenta la equidad y género.

En Veracruz los poderes Judicial y Legislativo se han convertido en una especie de Oficialía de partes, en una sumisa élite privilegiada sin recato ni pudor al servicio del Poder Ejecutivo, donde iniciativas de ley y propuestas de los togados que se integraran al Tribunal Superior de Justicia son dictaminadas con verticalismo y a modo del remitente, con un doble discurso y simulación falaz.

¿Y los mandantes, integrantes de la res pública? Que se los lleve Judas porque a ellos (as) se les cacarea la retórica del orden, honestidad e imperio de la ley que es un auténtico espejismo, una utopía y una quimera porque desde la cúpula política gobernante se pasan por el arco del triunfo las acusaciones públicas de enriquecimiento inexplicable de los principales colaboradores del Ejecutivo, entre otras perlas.

El titular del Consejo de la Judicatura y del Tribunal Superior de Justicia del estado, Alberto Sosa Hernández, llegó en su primer período al encargo con ímpetus llaneros, con ganas de hacer historia entre los togados que no es ningún pelele de los poderes Legislativo ni Ejecutivo y lo reiteraría en este segundo período para cristalizar la Reforma del Poder Judicial, donde se destierre para siempre el oprobio del yugo de la tutoría del Poder Ejecutivo con la designación de los magistrados.

Fue una entelequia. Una burda mentira de Beto Sosa, como una de las tantas que ha esparcido como gris y modosito representante de los togados; vela por sus intereses y por llevar la fiesta en paz de su opaca gestión, alineado a las directrices del Ejecutivo, pero le vale un bledo la autonomía del Poder Judicial y que éste sea restituido la facultad de proponer magistrados de carrera judicial, en lugar de la perniciosa cuota partidista y cuatachista que mantiene el gobernador en turno.

Y por supuesto, al representante del Poder Judicial le vale un sorbete abonar, luchar, exigir y demandar al Poder Ejecutivo que en lo sucesivo proponga al seno del Poder Legislativo que incluya en sus propuestas la ley de equidad y género en la designación de los nuevos magistrados para que, haya paulatinamente la misma cuota de togadas en el Consejo de la Judicatura y en las salas del Tribunal Superior de Justicia.

Beto Sosa pudo haber sido un magnífico y vanguardista representante del Poder Judicial, restableciéndole facultades para impedir que cualquier personero con matices partidistas o cuates del gobernador JDO se infiltraran como togados, evidenciando la administración de la justicia, como ocurre con los organismos autónomos.

Después de terminar su cuestionada gestión, ¿a dónde va? ¿Qué otro cargo va a ocupar? Beto va directo a la jubilación, con una buena bolsa y con salario y compensación intacta, listo para atender a sus nietos y bisnietos.

El Poder Judicial está urgido de una cirugía mayor que debió haberse sometido desde principio del régimen duartista, pero navegó entre simulaciones y tratamientos cosméticos, con un presupuesto incompleto, desfasado y jineteado por la Sefiplan que merecía una controversia ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Pero a Beto Sosa se le arrugó la conciencia y otra cosita más. Un pelele, pues.

Los diputados de la mayoría priista de la LXII Legislatura local que lidera el bicéfalo líder cameral Juan Nicolás Callejas, pasará a la historia como una de las legislaturas más grises que haya habido en el Veracruz contemporáneo porque fue sometida y doblegada a los dictados del Poder Ejecutivo, sin cubrir las formas y el fondo reyesherolista. Al diablo sus electores; les valieron un soberano sorbete.

Los legisladores de la bancada priista y sus satélites actúan en razón de los intereses partidistas y de las cofradías de los poderes Legislativo y Ejecutivo, por encima de los intereses colectivos de los veracruzanos. La sociedad civil, los mandantes y los ciudadanos de a pie somos rehenes de la partidocracia bajo un gobierno cleptocrático. ¡Qué futuro nos aguarda para 2016!
                                               --oo0oo--


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