Prosa
aprisa
Héctor, su actitud crítica
Arturo Reyes Isidoro
El senador Héctor
Yunes Landa no le baja a su discurso crítico en contra del gobierno de Javier
Duarte de Ochoa. En cualquier sociedad democrática, que un legislador critique a
un gobierno es lo más normal. Acá nos sorprende y llama la atención de más
porque sobre todo entre los priistas no existe la crítica y menos la
autocrítica.
Al final, la
aprobación de la gubernatura de dos años hace once meses si algo tiene de
positivo es el distanciamiento entre el gobernador y los dos senadores que
tiene Veracruz, todos del mismo partido, porque abrió un nuevo escenario que no
conocíamos, el de la disidencia y crítica por cómo se están haciendo las cosas
dentro de la administración pública priista, por lo que, colateralmente, es la
primera vez que en el más alto nivel político por fin los ciudadanos ven
reflejado su sentir en las críticas y señalamientos que hacen los legisladores
al Gobierno del Estado, con más rudeza Héctor Yunes Landa.
En su
artículo del pasado domingo Héctor volvió a la carga y se fue a fondo:
indirectamente calificó al gobernador Duarte de dictador por la forma en que
hace las cosas. “Tal pareciera
que el compromiso de las autoridades estatales con el futuro de los
veracruzanos es nulo, no se está escuchando a los ciudadanos. Los temas
importantes como la deuda pública y la endeble situación financiera y social
del estado se están gestionando de una forma dictatorial y sin fundamentos
sólidos, aumentando la desconfianza ciudadana”.
Llama la
atención la forma en que remató su colaboración: “Afortunadamente pronto,
Veracruz volverá a la senda de la responsabilidad, de la decencia, de la
transparencia, de la legalidad; con lo cual sin duda se revertirá la mala
experiencia por la que hoy transitamos”. Es llamativa la seguridad con que lo
dice. Ese “pronto” no es más que la inminencia de la nominación del candidato
del PRI a la gubernatura del estado para el bienio 2016-2018, relevo en el que
declara una y otra vez el legislador oriundo de Soledad de Doblado que él será
el candidato tricolor.
En su artículo,
el senador Yunes Landa jaló de su ábaco propio e hizo sus cuentas. Para él, el
pasado 28 de octubre en Veracruz se aprobó una nueva deuda hasta por 35,501
millones de pesos “–aunque no se quiera reconocer como tal–“, rehipotecando al
estado y comprometiendo su futuro económico. “Veracruz se ha convertido en la
única entidad federativa en la que se reestructura la deuda y esta aumenta en
prácticamente 50 por ciento, en lugar de disminuir, calculándose que en caso de
disponer lo aprobado en su totalidad, tendremos una carga financiera de más de
110 mil millones de pesos, considerando las actuales condiciones del mercado.”
En este sentido, coincidió con la
bancada panista en la Legislatura del Congreso local, pero también con el
diputado federal y con el senador Miguel Ángel Yunes Linares y Fernando Yunes
Márquez, respectivamente, algo que nunca habíamos visto antes.
“La urgencia de aprobar este nuevo
endeudamiento sin la adecuada deliberación, sin tomar en consideración la
precaria situación del estado y el exhorto de varios sectores para no contratar
más deuda pública, obedece a que el gobierno estatal no tiene recursos debido a
una ineficiente administración”.
Señaló que lo más grave de esta nueva
deuda “es que no sabemos en que se ocupará el dinero, además de que se
compromete financieramente a la entidad durante las próximas dos décadas”. Dijo
que la actual administración estatal ha duplicado y está por triplicar la deuda
heredada, “pues recibió una deuda de 21,874 millones, misma que en menos de
cinco años duplicó, dado que en agosto de 2015 se tenía registrada una deuda de
44,470 millones 800 mil pesos, a los que ahora se habrá que sumar, casi lo
doble, derivado de la aprobación del pasado 28 de octubre, llegando ésta a
niveles inmanejables”.
E hizo las preguntas que todos los
veracruzanos inconformes se hacen: ¿Dónde está el dinero recaudado por el
impuesto a la nómina?, “ya que son cerca de 4 mil millones”, y ¿cuál fue el
destino de los 23 créditos contratados desde el inicio de esta administración
estatal?, que ascienden “a unos 1,500 millones”.
Por donde se le vea, la crítica es
sana y necesaria en un estado democrático. El Gobierno del Estado le debe una
respuesta puntual al senador, que como auténtico representante popular está
velando por los intereses de sus representados, de quienes votaron por él, así
sea forzado por las circunstancias, porque quiere ganarse al electorado y
ofendido por la caña de pescar que le regalaron. Y, ciertamente, criticar lo
que a juicio de alguien no se está haciendo bien, no es faltarle el respeto a
nadie.
Con el PRI ni a la esquina, bola de pillos. ¡Chin! Va a tener que entrarle el
gobernador Javier Duarte de Ochoa al quite porque el flamante nuevo dirigente
estatal del PRI no logra atraer a la “oposición” aliada, como quedó demostrado
ayer cuando tanto directivos del Panal como del Partido Encuentro Social (PES),
desmintieron al priista diciendo que nunca han tenido un encuentro con él y
menos le han dicho que van a ir en alianza con su partido, como lo declaró por
la mañana.
Por parte del
Panal fue el delegado especial con funciones de Secretario General del Comité
Estatal, Lorenzo Moccia Sandoval, quien lo desmintió, incluso dijo que no están
cerrados a una alianza con el PAN y el PRD, mientras que por el PES fue su
dirigente estatal Guillermo Guízar Valladares quien hizo lo mismo y se tiró a
fondo: “Con el PRI ni a la esquina, bola de pillos, quieren seguir saqueando
las arcas del estado” (con información de alcalorpolitico.com)
¡Sopas!
Puede que
esto sea un valor entendido, o estén siguiendo un juego para parecer verdadera
oposición (ya sabemos cómo se las gastan), pero por lo pronto, la exhibida que
le han dado al dirigente tricolor nadie se la quita, que ya también el senador
José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla desmintió que haya hablado con él para
excusarse por no haber podido asistir al acto en que asumió la dirigencia, como
declaró el presidente del CDE.
Se ve que el
señor Silva Ramos no está en sintonía con su jefe, pues la jugada no es que
vayan en alianza sino que los partidos chiquitos jueguen a la oposición para
fragmentar el voto en beneficio del PRI y para restárselos a la posible
coalición PAN-PRD, que para eso sirven. ¿O es que será de a deveras que tampoco
ellos lo quieren?
Erick Porres y Juan Octavio Pavón, de lo mejor del
Gobierno. Como
habitualmente lo hacemos un grupo de compañeros columnistas con distintos
personajes, ayer disfrutamos una comida con el secretario de Desarrollo
Económico y Portuario, Erik Porres Blesa, así como con el coordinador general
de Comunicación Social, Juan Octavio Pavón González. Al menos en mi caso
personal, no me queda duda que son de lo mejor que tiene la administración
estatal. Erik es el único funcionario que queda del equipo inicial de
secretarios y realiza una labor efectiva aunque callada, y Juan Octavio aguanta
vara y, él sí, baila con la más fea de todas las feas, por el desastre administrativo
y económico que heredó en la dependencia ahora a su cargo. A ninguno de los dos
se les conoce por corruptos y hacen lo que pueden a favor de la imagen de la
administración y de su jefe Duarte de Ochoa, y cuando se hace lo que se puede
se hace lo que se debe.
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