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martes, 6 de octubre de 2015

Prosa aprisa


Prosa aprisa
Tomás hace política en la tierra de Duarte
Arturo Reyes Isidoro
Con el argumento de que “Hoy es sábado, hoy se vale”, el sábado pasado el secretario de Infraestructura y Obras Públicas (Siop), Tomás Ruiz González, fue a hablar de política, entre otros temas, con “amigos” de Córdoba. Así respondió sobre su presencia en la Ciudad de los 30 Caballeros cuando los reporteros le preguntaron el motivo de su visita.
Tomy se reunió con “amigos” primero en los tradicionales portales y luego en un hotel del centro de la ciudad. Fue, pues, a hablar de política a la tierra del patrón lo que de acuerdo a las formas políticas debió haberle notificado con anticipación y haber recibido la aprobación correspondiente.
En este espacio he comentado que Tomás se reactivó en su aspiración de suceder a Javier Duarte de Ochoa y desde el mes pasado se mueve por todo el estado con el buen pretexto de andar supervisando obras o anunciar inversiones en infraestructura para el próximo año.
Entre tanta información sobre todo por los escándalos políticos que ha habido, prácticamente se perdió lo que dijo el pasado 25 de septiembre cuando fue a montar guardia de honor ante el monumento a Hidalgo en el parque de Los Berros en Xalapa.
Anunció entonces que con una “visión renovada” se iba a acercar más a la sociedad “para hacer de nuestro estado una casa común”. “Por eso, más allá de nuestras divergencias y de nuestras diferencias, lo más importante es nuestra unidad”, proclamó y puntualizó la necesidad de “reconocer todos los puntos de vista” ante los desafíos del presente.
Planteó construir un futuro en el que los ciudadanos ejerzan sus derechos sin cortapisas, cumplan con sus obligaciones, y contribuyan, en libertad, con responsabilidad y esperanza al esfuerzo común por transformar el estado de cosas”.
Hoy el reto es recuperar la confianza de la gente que no quiere que intereses particulares o visiones patrimonialistas en el ejercicio del poder distorsionen el sentido del genuino servicio público”, expuso y expresó que el apoyo popular se obtiene “cuando somos capaces de transformarnos y ponernos en sintonía con los nuevos tiempos y con los nuevos retos”.
Con mucho realismo señaló que Veracruz debe resolver en concordia, con tolerancia y entendimiento los problemas que le aquejan para estar en condiciones de dar respuesta más oportuna a las legítimas demandas de la gente.
El titular de la Siop necesita tener base para ser competitivo, pues es indudable que muy por encima de él están en las encuestas los senadores José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, aunque éste ha comprometido su aspiración con el pleito que trae con el gobernador Javier Duarte de Ochoa. Es de entenderse que por eso se mueve y es claro que tiene el visto bueno de su jefe, pues de otro modo ya lo hubiera frenado.
Que se sepa, a diferencia de Héctor, en quien ser el próximo gobernador es una obsesión (por su edad acaso sería la última oportunidad real que tendría de llegar a serlo), Pepe ni suda ni se acongoja respecto al tema (por su edad todavía le alcanza para esperar sin problema hasta 2018 o hasta 2024), su gran aspiración es ser gobernador por un periodo de seis años aunque acatará cualquier indicación que le dé la dirigencia de su partido y lo que digan las “bases” tricolores respecto a la gubernatura de dos años en 2016.
Pero por ahora y durante quién sabe cuántos años más, que forzosa y necesariamente van a rebasar los dos de la próxima minigubernatura, el gran problema de Veracruz, de entre los grandes problemas, es el económico y financiero, y la administración necesita gobernantes con el perfil de economistas y buenos administradores, más que de políticos, o que combinen ambos perfiles, y Pepe, quien ahora preside la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado, y Tomás, un economista, financiero y fiscalista de carrera, son quienes más se ajustan a la necesidad del momento, por lo que al PRI respecta.
Tomás planteó ese 25 de septiembre que en un mundo en el que la conexión a través de internet y las redes sociales es en tiempo real, el ejercicio de la política y la conducción de la administración pública deben renovarse para servir mejor.
Con su visión y experiencia como economista, dijo que en esta nueva realidad no basta ya la política tradicional, sino que debe complementarse con una visión de Estado, de administración y de diseño de políticas públicas eficaces que eleven realmente el bienestar de los veracruzanos, que otorguen una verdadera igualdad de oportunidades, para que nadie quede rezagado.
Argumentó que el reto es conservar la gobernabilidad democrática de Veracruz dando los pasos necesarios para fortalecer el entramado institucional, renovar el pacto social y estar en condiciones de iniciar un nuevo ciclo de crecimiento en lo económico, “con responsabilidad y honorabilidad en lo político y justicia en lo social”.
Independientemente de Tomás, de Pepe y de Héctor, el domingo en su columna “Bajo Reserva” El Universal le echó una flor al exdiputado Alejandro Montano Guzmán insinuando que podría ser un factor de unidad en momentos en que los senadores mantienen diferencias con el gobernador.
Mientras que Tomás sigue picando piedra y Héctor insiste en que quiere ser el candidato y el próximo gobernador, habrá que estar atentos a la reunión de mañana entre Pepe y Manlio Fabio Beltrones donde, se supone, no hablarán de la sucesión gubernamental pero podría quedar perfilado el rumbo que tomarán las cosas a partir de diciembre cuando se nomine candidato y se inicie una nueva etapa en la vida política de Veracruz.
Pues sí, sí hay deuda con la UV
Hubo reunión-comida ayer de un grupo de columnistas con la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara. Interesante fue conocer –y escuchar– más de cerca a la rectora pero también a la antropóloga, a la esposa, a la ama de casa que tiene “piso”, esto es, nos explicó, que no pierde el sentido de la realidad, que, por ejemplo, como cualquiera da de comer a su perro y recoje “lo que hace”.
Era infaltable hablar sobre el tema de la deuda del Gobierno del Estado con la casa de estudios –quedó muy claro que sí la hay–, y de un tema se brincó a otro y a otro y a otro, en un diálogo necesario y esclarecedor.
Iba preparada para responder cualquier pregunta con un cuadernillo preparado ex profeso, pero no hubo necesidad de que lo utilizara porque en mucho la plática derivo en su papel como responsable al frente de la UV, en un diálogo muy cordial y sin formalidades.
Se vio a una rectora resuelta, que no evadió ni preguntas ni temas, que escuchó atenta sugerencias, que dio explicaciones, que argumentó, que dio la mejor opinión de la señora Margarita Zavala de las varias esposas de presidentes del país que ha conocido y tratado. “¡Cuidado con ella!”, nos dijo en tono de admiración hacia su persona.
Y no dejó de hacerle un reconocimiento a su esposo Guillermo Heitler, por lo demás todo un personaje, quien fue alto funcionario con los secretarios de Gobernación Manuel Bartlett y Fernando Gutiérrez Barrios y con el primero también cuando fue secretario de Educación y luego gobernador de Puebla.
La rectora se hizo acompañar por Raciel Martínez, titular de la Dirección General de Comunicación Universitaria, por el director de Medios de Comunicación, Édgar Onofre Fernández Serratos, y por Eugenia Nuñez Castañeda, del staff de prensa, mi excompañera en la Editorial de la UV.







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