Místicos y Terrenales
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Silva: Una designación que no camina
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¿Descabezar al fidelato?
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Por eso tenían prisa de que Alberto
Silva asumieses la posición, porque dejar que esto se calentase provocaría lo
que está pasando, el rechazo a su llegada a la dirigencia estatal del PRI.
Pero en contraparte se da un hecho
inusitado: la salida de Fidel Herrera del país, el intento por descabezar,
aunque sea por cuestión de imagen, al fidelato, al mandarlo como cónsul a
Barcelona.
Un consulado, por mucho que se le
quiera dar una posición relevante, nunca lo ha sido, por eso no es necesario
que el Senado ratifique los nombramientos.
Aunque diga Fidel Herrera que estará
cerca, la distancia siempre abre una gran brecha de comunicación.
Así que al parecer el momento no es
el mejor para el fidelato.
Pero empujaron, y fuerte, para que
se le la nominación a Alberto Silva.
Nada más que el cabildeo no lo
realizó ninguno de los insignes miembros del fidelato; ni los diputados Erick
Lagos, ni Jorge Carvallo, mucho Tarek Abadalá o Javier Herrera.
Tuvieron que pedir el favor (¿o
pagaron el servicio?) a Enrique Jackson, el “asesor de a millón” de pesos
mensuales.
El Partido nunca ha hecho la
designación de sus dirigentes de modo democrático, siempre se ha colocado a los
mismos conforme a las circunstancias del momento.
Pero hoy las circunstancias son
contrarias al grupo en el poder, en el gobierno del estado de Veracruz.
La aprobación que decían tener en
México, desde los círculos cercanos de la Presidencia de la República, no ha
señales para que Silva pueda colocar su estandarte en el PRI estatal.
Por lo pronto presionan aquí, donde
pueden hacerlo.
Y los primeros a los que les dijeron
que se pronuncien a favor de Alberto Silva fueron a Ericka Ayala, de la CNOP, y
Juan Carlos Molina Palacios, de la CNC, ambos cercanos al grupo de Héctor
Yunes.
Ambos tuvieron que acceder por
aquello de la institucionalidad dentro de las dirigencias del PRI.
La intención de que ellos fueran los
primeros es que se muestre como que Héctor Yunes apoya a Alberto Silva, de
manera tangencial.
Las presiones también se dieron con
dirigentes de diverso tipo cercanos al grupo de Pepe Yunes, con la misma
intención de aparentar que le están ganado terreno.
Pero esto no es así.
De hecho Héctor Yunes respondió a
los llamados de Alberto Silva a “la unidad” con un boletín críptico.
Alberto Silva dijo que los Senadores
del PRI son sus amigos, y que sus criticas no lo afectan, pero en cambio les
hizo un llamado “a la unidad del partido, porque el enemigo a vencer está
afuera.”
Héctor Yunes acusó el golpe y en su
boletín de respuesta ponderó su carácter de ex presidente del Comité Directivo
Estatal (CDE) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y en ese tenor manifestó
que “la unidad no es, no puede ser un fin en sí mismo. Es un medio: uno,
para construir un Veracruz mejor: con mayor bienestar, sensibilidad y
decencia”.
Agregó que entendiendo esta premisa,
la unidad no se decreta, se construye. “Y nadie, que yo sepa construye a
manotazos. La precipitación es el mejor método para destruir, no para
construir”.
Ese fue su reclamo, pues, por el
intento de asalto al partido.
Pero también dejó la puerta abierta:
“De esta manera, dijo, para fortalecer la unidad partidista no sólo de cara al
proceso electoral de 2016, "en todo momento mi partido siempre podrá
contar conmigo".
¿En todo momento?, ¿incluyendo la
asunción de Alberto Silva como dirigente estatal?.
Por su parte José Yunes mantiene la
posición en contra de la llegada de Alberto Silva, tanto que hasta ahora se
muestra dispuesto a no asistir al evento, en caso de que se haga.
Héctor Yunes tampoco quiere asistir;
de hecho ya dejó correr la versión de que sale de México para una gira
internacional que empieza el 20 de octubre,
Por mientras ambos Yunes, hoy se
muestran más cercanos uno al otro que en tiempos distintos.
Y al fidelato le urge que Silva tome
la posición.
Cada día son menos sus adeptos; cada
día la posibilidad de ser el candidato del PRI a la gubernatura es más lejana;
cada día la posibilidad de que el fidelato pueda ganar la elección en el 2016,
incluso desde otro partido, es más débil.
Vaya, muestra de que ya no tienen
todo consigo es que los exdirigentes del PRI estatal Amadeo Flores, Carlos
Brito y Gonzalo Morgado se pronunciaorn en contra de la llegada de Alberto
Silva a la dirigencia del PRI estatal.
Incluso Marco Antonio del Ángel,
hijo de César del Ángel, también se pronunció en contra y en contraparte ponderó
que él puede ser el próximo presidente del comité estatal de su partido.
La insubordinación total, porque los
400 Pueblos que dirige César del Ángel siempre estuvieron a favor del fidelato,
tanto con Fidel Herrera como gobernador, como con Javier Duarte en su papel de
representante de ese grupo.
Los 400 Pueblos han trabajado cerca
de Reynaldo Escobar. ¿Insubordinación?.
Por eso las prisas, por eso las
presiones.
Los místicos y los que se sienten
los grandes místicos están en su lucha.
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