Prosa aprisa
El de
Duarte, ayer, un buen día
Arturo Reyes Isidoro
¡Qué día el
de ayer de Javier Duarte!
Tuvo una
jornada redonda, qué duda cabe. Por la mañana se defendió, y no lo hizo mal, se
esté o no de acuerdo con lo que dijo; por la tarde comió con un grupo de
empresarios que estaban inconformes con el aumento al impuesto a la nómina, y
al parecer los planchó bien, y por si eso hubiera sido poco se comió otra vez
la dirigencia estatal del PRI en la persona de su alfil para la gubernatura de
dos años Alberto Silva Ramos.
En la
conferencia de prensa con la que abrió el día en la Sala de Banderas del
Palacio de Gobierno, dirigiéndose a “los agoreros del desastre… que año con
año… dicen que ya me voy”, respondió que “sí me voy a ir, se los digo con toda
puntualidad, pero… el 30 de noviembre del año 2016”. Lo que ocurrió ayer
indicaría que así será. Se mostró seguro.
En la columna
de ayer preguntaba qué onda con la foto en la que se veían el gobernador Duarte
y el diputado local del AVE Francisco Garrido Sánchez discutiendo “distintos
temas de interés para Veracruz”. Preguntaba cuál era el propósito. Ayer mismo
quedó claro: preparaban el tema de la conferencia de prensa, que fue el de la
transparencia, con datos y cifras, pues Garrido preside la Comisión de Vigilancia
de la LXIII Legislatura del Congreso local.
Duarte hizo
su alegato ante los chicos de la prensa, pero su intención tenía un
destinatario en especial: los empresarios inconformes con el aumento del 2 al 3
por ciento del impuesto al hospedaje, con algunos de los cuales se reuniría
horas más tarde a comer en la casa particular de la empresaria constructora y
periodística Leonor de la Miyar, en Privada de Basurto 55 de Xalapa.
Por
eso salió a decir que “a lo largo de mi Administración, se ha combatido como nunca la corrupción, el abuso de autoridad,
el incumplimiento de las responsabilidades, los delitos contra la vida, el
patrimonio y la seguridad, pero también debemos reconocer que hay funcionarios
que han actuado al margen de sus atribuciones, que lo han hecho lastimando la
confianza de veracruzanas y veracruzanos”.
Seguramente
tratando de convencer a los empresarios inconformes con que se hará buen uso
del dinero que van a pagar con el aumento al impuesto dijo: “A ellos (a los
“funcionarios que han actuado al margen de sus atribuciones”) quiero decirles
que no habrá tolerancia en cuanto a las irregularidades que hayan cometido, y
que serán castigados con todo el peso de la ley. Cualquier beneficio o
prerrogativa al margen de la ley será investigada y, en su caso, sancionada”.
Entonces
pasó a las cifras: cuántos sancionados, cuántos amonestados, cuántos
suspendidos, cuántos destituidos, cuántos apercibidos, cuántos inhabilitados,
cuántos sancionados económicamente, cuántos sentenciados, cuántos sujetos a
proceso y cuántos con órdenes de aprehensión.
Insistió,
remarcó, machacó: “A quienes afirman que hemos sido tolerantes con la
corrupción les digo: esta ha sido la administración que más ha sancionado a los
malos servidores públicos y que ha obligado a resarcir los daños cometidos. Hoy
los actos contrarios al derecho cometidos por funcionarios son castigados con
todo el peso de la ley. Como Gobernador seguiré comprometido con el combate
frontal a la corrupción y con el fortalecimiento de la legalidad, la
transparencia y la rendición de cuentas”.
Entonces,
de paso, vino lo que podría entenderse como un raspón al senador Héctor Yunes
Landa, quien ha adoptado una postura crítica con su administración: “En
Veracruz la justicia es para todos, no es producto de modas ni puede obedecer a
tiempos políticos. Pretender hacerlo es una forma también de corromper y
desacreditar la función pública y a los miles de servidores que se conducen con
honestidad en el estado”. Agregó: “una cosa es señalar y otra cosa es verdaderamente
comprobar que haya existido algún uso indebido por parte de recursos públicos. Yo no gobierno para las elecciones, gobierno
para Veracruz y en ocasiones tenemos que tomar decisiones que no son las más
populares, pero que sí son las más responsables”.
En
la comida estuvo un grupo representativo de algunas cámaras empresariales del
estado. En realidad, según me confirmaron ayer, la reunión se empezó a fraguar
desde el jueves pasado y por eso la presencia en Palacio de Gobierno (la vieron
salir de la Secretaría Particular y yo me la topé en los pasillos ese día) de
Leonor de la Miyar quien iba acompañada del también empresario constructor
Rafael Fernández de Lara.
Un
comensal me dijo que el convivió transcurrió en los mejores términos y que ahí
se aprovechó para volverles a reiterar que se les pagará de aquí a diciembre,
“aunque hay que manejar esa información con cuidado”. Con el gobernador
estuvieron los secretarios de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado; de Finanzas,
Antonio Gómez Pelegrín; de Desarrollo Económico, Erik Porres Blesa, y el propio
diputado Garrido Sánchez.
Y
como la cereza del pastel de Duarte vino el anuncio que hizo el propio Alberto
Silva Ramos de que el próximo domingo asumirá la presidencia del Comité
Directivo Estatal del PRI en un acto que tendrá lugar en el World Trade Center
de Boca del Río. En una entrevista radiofónica, Silva dijo que no dejará la
diputación federal y que al acto de su asunción vendrán el dirigente nacional
del PRI, Manlio Fabio Beltrones, así como el líder de la bancada priista de la
Cámara de Diputados, César Camacho Quiroz, que él conducirá el proceso político
electoral del próximo año cuando se renovará la gubernatura y el Congreso local
y que al Consejo Político Estatal asistirán el propio Duarte, “senadores”,
diputados locales y federales y alcaldes, entre otros actores.
¿Cómo
podría interpretarse el arribo de Silva al CDE tricolor? Tiene varias lecturas.
Una, que el gobernador Duarte muestra fortaleza política de cara a la
designación-elección del candidato de su partido a sucederlo el próximo año,
pues necesariamente tiene que haber recibido el visto bueno del centro del
poder en el altiplano. Otra, que impone a un incondicional suyo y por lo tanto
mantendrá el control de su partido. La
tercera, que cuando Silva dice que conducirá el proceso del próximo año ¿quiere
decir que se baja de la contienda sucesoria? La cuarta, que los senadores Pepe
y Héctor Yunes, los más viables y fuertes aspirantes a la candidatura, tendrán
que negociar un acuerdo con el grupo duartista, aunque en el caso de Héctor es
abierta su confrontación con el gobernador. La quinta, que si la decisión no
favorece a Yunes Landa éste podría alegar que fue vetado y optar hasta por una
candidatura independiente (cuando ya estaba enviando la columna anoche me llegó
su manifiesto en donde dice que “no es tiempo de cambios” en el PRI). La sexta,
que se recrudecerá la guerra de declaraciones con Miguel Ángel Yunes Linares e
hijos. La séptima y fatídica, ¿qué vuelve por sus fueros Fidel Herrera Beltrán
y que tratará otra vez de acomodar a todos sus incondicionales?
El
próximo domingo se aclararán varias cosas y por lo tanto hay que esperar. Por
ejemplo, ver si los senadores Pepe y Héctor Yunes asisten al Consejo y
comparten espacio con el gobernador Duarte, si sale señal para cualquiera de
los dos legisladores, si se dan un abrazo con el gobernador y dicen borrón y
cuenta nueva para dar muestras de “unidad”, si Manlio los jala a los tres y se
reúnen en privado previamente al acto, o si se toman un lechero juntos en forma
abierta para satisfacer el morbo político, etcétera.
Por
lo pronto, lo único cierto es que Duarte tuvo ayer un buen día. En la
conferencia de prensa le preguntaron cómo quiere ser recordado cuando deje el
poder. “Espero que la historia
juzgue puntualmente esto que ha sido un trabajo verdaderamente titánico”,
respondió y resumió. ¿Cómo la ves, qué opinas, lector?
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