Prosa
aprisa
En Veracruz ya no cabe la uniformidad
Arturo Reyes Isidoro
Vivimos días
inéditos en la vida pública de Veracruz. Desde sus respectivas posiciones, los
veracruzanos asisten a una confrontación entre grupos e intereses de poder, que
de cara a la sucesión gubernamental en el estado se disputan el poder.
A diferencia
de procesos anteriores, esta vez las circunstancias que se han presentado nos
sitúan en un escenario que aunque desde las declaraciones y comentarios del
lado oficial pareciera estar resuelto a su favor, los hechos parecen decir otra
cosa, o al menos plantean la duda.
Desde el lado
oficial, el jefe político no tiene ninguna duda, así lo dice abiertamente, de
que el próximo año su partido va a ganar las elecciones y por lo tanto van a seguir
en el poder, lo van a conservar. Ofrece razones, sus razones. Habla desde la
posición de poder.
Pero por una
disputa interna con otro grupo que reclama la alternancia, pese a todos los
intentos mediáticos por hacer creer u ofrecer la percepción de que hay unidad y
control, y disciplina, hechos, declaraciones, actitudes, trascendidos, dicen
otra cosa.
Nunca se
había dado el caso en la historia de Veracruz, una vez hecha institución la
Revolución, que dos poderosos actores políticos del mismo sistema oficial no
sólo disentieran del jefe de su mismo partido, sino que le hicieran
señalamientos, criticaran su forma de conducir la cosa pública y la forma en
que pretende resolver su relevo gubernamental.
En medio de
la disputa, ha asomado el mismo partido y el mismo sistema político
antidemocrático, autoritario, vertical, corporativo, donde decide un solo
hombre sin tomar en cuenta la opinión ni los intereses de su militancia, que
por otra parte es sumisa o actúa por necesidad porque se aprovechan de su
pobreza o de su miseria para tenerla cautiva con dádivas disfrazadas de apoyos
sociales.
Adentro del
sistema que nos gobierna y del partido en el poder siempre se habla de cambio,
de democracia, pero, ya lo vemos y estamos viviendo, eso no es más que una
falacia: si pensábamos que en 2000 los mexicanos habían desterrado el viejo
sistema corporativo para siempre, cuando con su voto hicieron ganar a la
oposición, nos equivocamos.
Fue a raiz de
ello que los derrotados de entonces y hoy vueltos al poder dijeron, proclamaron,
que habían aprendido la lección ante el cansancio del electorado, de los
ciudadanos, de la población en general, por los abusos del poder que los
caracterizaron por 71 años, donde campeaba la corrupción e impunidad… como hoy.
Hacia
adentro, pues, por más que se niegue o se pretenda aparentar otra cosa, no
llegarán unidos como otras veces, o sí, llegarán unidos pero en grupos que o no
van a jalar parejo o se van a abrir en desacuerdo si se postula a una persona
con la que no comulguen sin necesariamente renunciar a su militancia, lo que
podría abonar a favor de la oposición.
En este
escenario, a la posición oficial no ayuda en nada que el patriarca, la raiz, el
tronco común del grupo en el poder esté siendo sometido en este momento a una
feroz crítica social a través de las redes sociales, pero también de la prensa
extranjera, internacional, por un polémico nombramiento, que es más bien
desafortunado para sus intereses, porque es imposible desasociarlos.
Incluso
criticarlo ahora desde dentro y culparlo de la grave situación financiera que
se afronta no convence al ciudadano común y hasta se revierte hacia adentro, porque
el causante se pregunta por qué hasta ahora, pero, más, por qué no se denunció
desde un principio lo que ahora se ve y por qué no se le llamó ni se le llama a
cuentas y se le hace reparar el daño patrimonial que haya cometido.
Vemos,
leemos, escuchamos también cómo se dictan medidas que tratan de crear una buena
imagen del gobierno, que ha navegado la mayor parte de su gestión en medio de
críticas y señalamientos en su contra, además de una confrontación casi
permanente con buena parte de la prensa y de actores que comentan o hacen
opinión, medidas que impactan mediáticamente en forma momentánea pero que por
las reacciones que se dan en forma pública y abierta se advierte que no
convencen, o no convencen a todos, y en importantes sectores de la vida pública
del estado persiste la duda cuando no la desconfianza, el rechazo, pero también
las críticas y la inconformidad.
Y en esta
disputa está también el de “enfrente”, la oposición real, la que se anuncia que
será destruída incluso con acciones legales antes de que se posicione con una
candidatura formal, para evitar que participe en la contienda y ponga en riesgo
seriamente la continuación y la continuidad en el poder de quienes ahora lo
detentan, acción que obligadamente va a abrir una guerra cuyos primeros
escarceos ya estamos viendo.
Será, sin
duda, una guerra desgastante para las partes, y en toda guerra siempre hay
lastimados, víctimas, gane la parte que gane. Al menos saldrán muchos raspados.
Pero llama la atención que una parte, la aparentemente más débil o que está
sentenciada a perder, no dé muestras precisamente de estar temerosa, o
arrinconada, y mucho menos débil.
Sin
estridencia, ayer mismo vimos en fotografías que esa parte está en plenitud
también de poder legislativo, incluso codeándose con el mismísimo ministro del
Interior, esto es, el Secretario de Gobernación, lo que hace pensar que su
inhabilitación y su destrucción no será fácil, aunque pudiera ser posible.
Pero otro
factor más, que no contaba tanto en el pasado o que no tenía la fuerza que
tiene hoy, son las redes sociales, que constituyen una vía alternativa a la voz
ciudadana o para la inconformidad social cuando hay cerrazón en los medios de
información tradicionales, lo que tampco hace fácil las cosas para quien quiera
actuar hoy fuera de la razón o la ley o con abuso. Incluso, se añade ahora la
prensa internacional, que tiene puesta la atención en nuestro estado, como lo
reflejan las notas que se publican cada vez con más frecuencia en los medios
extranjeros.
Si se quieren
ver las cosas desde un ángulo positivo o con optimismo, se podría decir que al
final de cuentas es bueno que pase todo lo que está pasando porque nos muestra
como una sociedad viva, alerta, en la que ya no cabe la uniformidad ni se está
dispuesto a aceptar cualquier cosa que no sea buena o conveniente para el
interés colectivo, sólo porque provenga del poder.
Pero para
completar el cuadro falta un elemento: el ciudadano, que al final será el que
decida qué le conviene o no. Ése será su reto mayor, su gran responsabilidad,
de marcar con su voto el rumbo que quiere en el futuro para Veracruz, si está
contento con los que están y decide que continúen, o si los reprueba y vota por
la alternancia o bien por la oposición. Esto apenas inicia.
No aflojan al Tío
Decía ayer
que era triste el papel y triste el final que está teniendo el exgobernador
Fidel Herrera Beltrán por los cuestionamientos a que está sometido en la prensa
mexicana y española a raiz de su nombramiento como cónsul en Barcelona, España.
Ayer, Ricardo
Raphael, analista político, escritor, periodista, columnista, conductor de
televisión y coordinador de la Maestría en Periodismo en el prestigiado Centro
de Investigación y Docencia Económica (CIDE), en su artículo en El Universal hizo un severo análisis de
su nombramiento y comentó: “Si Fidel Herrera dura más tiempo como cónsul en
Barcelona que Gustavo Díaz Ordaz como embajador en España (tres meses)
estaremos todos sorprendidos”. Cerró su colaboración con una frase, la misma
con la que titulé ayer “Prosa aprisa”: “Pero,
¿qué necesidad?”.
De ribete,
anoche leí que El Periódico de
Cataluña no lo afloja y ahora publicó que los mexicanos en Barcelona están
asustados por su llegada. Qué triste y lamentable. No había necesidad.
Presentan interesante libro de Jorge Williams
La tarde
noche de este viernes (19:00 horas) será presentado el libro Instituto y Museo de Antropología de Xalapa.
Historia de su fundación y patrimonio cultural de Jorge Williams García,
precisamente en el Museo de Antropología de la capital del estado. Es un libro
de recuerdos, un homenaje a todos los que participaron en la búsqueda de los
vestigios arqueológicos del estado. La presentación la hará la doctora Maura
Ordoñez Valenzuela, hará un análisis el arqueólogo Mario Navarrete Hernández y
hablará el propio autor. Sin duda, será todo un éxito.