Empleo VS delincuencia

EN LOS AÑOS CINCUENTA Y SESENTA HABÍA APRENDICES CUANDO YA NO PODIAN SEGUIR ESTUDIANDO, ASÍ SE INHIBÍA LA DELINCUENCIA.                           J. L. L. O.

             Conocemos a Antonio Chedarui Mafud desde hace muchos años, desde que ayudaba a su padre en el comercio callejero, es decir, vendiendo juguetería por zonas de los mercados, jamás hemos escuchado al amigo Tony afrentarse de sus inicios, incluso sabemos que se siente orgulloso de haber recibido de su señor padre el amor a un trabajo honesto, creo ser su amigo y creo igual saber su sentir orgulloso de provenir de la cuna del trabajo honesto al lado de su señor padre, quienes creen que un Tony Chedraui, Gerardo Poo Ulibarri y tantos otros hoy destacados empresarios nacieron en cunas con sábanas de seda están muy equivocados, de ahí que vemos en éstos hoy personajes de empresa como pugnan porque la juventud busque otros derroteros ajenos a la delincuencia, ellos fueron el humilde trabajador de la calle, el empleadito de tienda, y ellos se levantaron a lo que hoy son gracias al esfuerzo y trabajo tesonero, pero a un trabajo honesto, honrado, incluso ya en otros espacios hemos expuesto a ustedes quienes y como se levantaron varios de estos hoy grandes empresarios. Y AUNQUE usted no lo crea, Emilio Azcárraga también fue uno de los  humildes empleaditos de una zapatería del centro de Veracruz, ubicada en la calle Aquiles Serdán y el callejón M. de Tlapacoyan, antes de llegar a la avenida Independencia, era de calzado infantil y se llamaba “Carlitos” la zapatería. Aclaramos, en modo alguno damos éste espacio con malsana intención, todo lo contrario, lo hacemos con la finalidad de darle a conocer que, cuando se quiere trabajar en forma HONESTA Y HONRADA, y el señor Azcárraga estuvo en la década de los años cuarenta. Siempre estarán los caminos abiertos para ello sin que se tenga que recurrir a los caminos delincuenciales.

¿Jóvenes delincuentes?

Tony Chedraui, sabedor y conocedor de lo que es el trabajo honesto, desde tiempo atrás a expuesto un férreo esfuerzo por tratar de combatir la delincuencia juvenil, pero buscando la ocupación digna de esa juventud, sabe en carne propia que no todos los padres pueden brindar a sus hijos la oportunidad de estudios más allá de los básicos, que muchos jóvenes se ven obligados a dejar los estudios por carencias económicas de sus padres y, merced a ello, sin un lugar en la empleomanía de nuestro país, buscan la salida fácil delincuencial en aras de conseguirse, primero el sustento y luego falsas comodidades. Gerardo Poo Ulibarri se afana cual si fuera su empresa en una institución de ayuda comunitaria como lo es Cruz Roja, tratando de buscar la ayuda pronta en momentos de necesidad de los que menos se pueden socorrer a sí mismo en casos de quebrantos de salud por accidentes, enfermedad o siniestros, y atrás de éstos mencionados existen más hombres de empresa que saben de que quienes menos tienen no pueden solventar esas necesidades imprevistas. Quizá estén pensando que tiene que ver todo esto con el cabezal del artículo, es en sí preámbulo para poder exponer la labor de procurar la ocupación de las juventudes.

Como exponemos líneas arriba, es una pena que solo unos cuantos empresarios se afanen en combatir, con métodos prácticos y posibles, la negligencia de autoridades a las que con seguridad compete ese renglón de tratar de evitar, en la juventud, la inclinación al desvío de sus actividades productivas para irse por el lado delincuencial. Pero lo más penoso está en que son los padres quienes tienen esa obligación, y cuando supuestamente quieren dar interés a los caminos de los hijos ya es tarde. Siempre he expresado que la educación a los hijos debe de darse con el EJEMPLO, si el hijo tiene a padres (padre y madre) cumplidores y honestos, sin vicios y menos aún que el hijo les vea en ellos, que el padre jamás maltrate a la esposa que es la madre de ese hijo, muy difícilmente ese hijo tomará el mal camino en donde se perderá, esa es mi forma de ver la responsabilidad que como padre aceptamos y debemos de actuar cuando adquirimos el compromiso de tener familia.

Hemos expuesto las actitudes de prominentes hombres de empresa, personas que como usted y yo tuvieron cunas sin sedas ni lujos, que se levantaron merced a los ejemplos que recibieron de unos padres que, aunque pobres en lo económico, eran muy ricos en todos los valores humanos que debemos heredar a nuestros hijos, y lo más resaltable, éstos son los padres que supieron transmitir a sus hijos los mismos valores que a ellos le inculcaron sus padres, como podemos apreciar, una buena cadena jamás puede romperse y brinda a no dudar, el mejor ejemplo para lograr hacer hijos buenos,  prueba la tenemos quienes si hemos sabido transmitir las enseñanzas de nuestros padres y abuelos. Y que nos disculpen quienes padezcan de problemas con sus hijos, pero deben de ponerse a pensar si supieron educarlos con buenos ejemplos o, en su defecto, les ignoraron desde la cuna.

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