PLANA MAYOR
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El secuestro del poder fáctico
Ab
alio expectes alteri quod feceris."Quien
siembra vientos, recoge tempestades".
Gaudencio García Rivera
Quién en su sano juicio iba a pensar que en Veracruz,
la clase política gobernante que entrara hace cinco años y 3 meses regocijante,
optimista y triunfalista a conducir los poderes Ejecutivo, Legislativo y
Judicial, bajo una retórica demagógica y populista de un gobierno
cleptocrático: dosificar la idea a los mandantes que les llegó la prosperidad
en el seno familiar. ¡Cómo no!
Hoy, en la víspera de la conclusión del
régimen estatal, el gobierno duartista está terminando la administración en
baños de sangre, malas cuentas, una réplica del emperador Calígula y pelele del
poder fáctico que representa el crimen organizado en Veracruz. Los únicos
prósperos, emblema de Javier Duarte, son los servidores públicos que arropó y
luego convirtió en diputados federales, locales y magistrados del Poder
Judicial.
Es escandalosa la riqueza de la mayoría de
los alfiles y peones del ajedrez político de la prosperidad que bajo el manto
protector del rey acumularon —toda una réplica del emperador Calígula:
caprichoso, indolente, soberbio, cínico, concupiscente, anodino y mofletudo— en
el sexenio más desaseado y azufrado que se haya tenido en la historia
contemporánea de Veracruz. Es todo un cochinero.
Veracruz termina convirtiéndose en un estado
disfuncional, secuestrado prácticamente por los cárteles de la droga de Jalisco
Nueva Generación, Golfo Sur, Los Zetas y reductos de otros capos atomizados por
las fuerzas castrenses en la guerra contra el narco.
De nada sirvieron los llamados y denuncias de
la sociedad civil, empresarios, intelectuales, investigadores y la prensa
crítica e independiente para que la Federación de Enrique Peña Nieto pusiera
freno a la narcoviolencia desatada en la entidad. Es alarmante que a principios
del año 2016 se hayan disparado los delitos de alto impacto social.
La paradoja. El Congreso de la Unión y la PGR
asumieron oídos sordos al estado disfuncional que se ha erigido en Veracruz y
se ha sumado al resto de los estados del norte y centro del país que son
rehenes de los grupos criminales. Los ríos de sangre en Veracruz corren desde
el Pánuco hasta el Tonalá donde la sociedad civil y los ciudadanos de a pie
están “hasta la madre” que el crimen organizado con toda impunidad les mate “al
hijo o al padre de familia”.
La narcoviolencia que se vive recurrentemente
en la geografía veracruzana no es un invento de mentes perversas, como suele
replicar el gobernador Javier Duarte cuando se relata la descomposición social
que se registra en Veracruz, no. Es producto de la ineficiencia, corrupción,
complicidades abyectas y asimetría de los titulares de la procuración y
administración de la expedita aplicación de la justicia en el estado.
A estas perlas hay que agregarle la
obnubilación, obcecación y miopía del titular del Poder Ejecutivo, que desde el
principio y al final del régimen estatal, ha impuesto en todos los rubros de la
administración estatal creando una alegoría del “Veracruz de la prosperidad”,
que dista mucho, pero mucho de serlo. Una entelequia, pues.
Más bien, Veracruz es el estado de la
“barbarie” y del “infierno”, con prácticas genocidas donde se matan y creman a
cinco, diez o 50 personas inocentes, sin que se castigue y consigne a las altas
esferas de la Fiscalía General del estado o de la Secretaría de Seguridad
Pública, por filtrar carpetas de personas extorsionadas al crimen organizado
—verbigracia el dossier de Tierra Blanca antes de los cinco jóvenes de la
desaparición forzada—, sin que el gobernador JDO ponga un manotazo a la ola de
corrupción e impunidad que asola a los cuerpos policiacos.
La entidad, prácticamente se encuentra
secuestrada por el poder fáctico de las células del crimen organizado ante la
pasividad de la Federación, de la PGR y del Congreso de la Unión. Veracruz se
encuentra a un paso de contaminarse de nuestros vecinos del norte, Tamaulipas.
Veracruz se encuentra en llamas coloquialmente, con un emperador, perdón,
gobernador obnubilado por las orgías del poder público. ¡Calígula reencarnó!
AL CALCE… Enemigos en casa. Para qué quiere
más detractores o malquerientes Javier Duarte en el ocaso de su régimen, si su
modosito vocero Juan Octavio Pavón González cada vez que aparece un Waterloo,
en lugar de sofocarlo se esconde en sus cómodas oficinas de El Olmo, enviando a
sus amanuenses. En lugar de fajarse y defender a su patrón, Pavón, mejor
conocido como El Correcaminos, huye del escenario. ¡Valiente vocero!... ¿Quién
mece la cuna? El empresario xalapeño y exdirectivo de la mueblería Crediland,
Nicanor Moreira Ruiz, se encuentra trabajando las bases y seccionales priistas
de Xalapa con miras a suceder en la alcaldía a Américo Zúñiga. Su manager, el
priista Carlos Rodríguez Velasco, se mantiene a discreción en los trabajos de
su pupilo. Ojalá no se equivoque. Comentarios a gau41@hotmail.com
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