AL
Estilo Mathey
*
Si no fuera porque es Héctor
Gustavo
Cadena Mathey
Buen día
apreciado lector:
De veras que da
tristeza todo lo que nos está pasando a los veracruzanos.
Aunque también
sucede en el país y en el mundo.
Este reportero
tiene muy claro desde las épocas de la infancia y la adolescencia en que la
vida se desenvolvía en paz y armonía entre los ciudadanos.
De vez en vez,
raras veces nos estremecían casos de asesinatos, de dramas familiares. Cada
familia hacía su propia lucha por sobrevivir honradamente.
Había
consideración absoluta a las personas, en la calle los señores se saludaban al
paso alzando el sombrero y se demostraba total respeto a las damas.
La gente de
calificaba de “bien nacida” o “gente de bien” y si se pensaba mal de alguien,
eso se guardaba en lo íntimo del pensamiento o, en el cómplice pero
irremediable y evidente alboroto silencioso del cuchicheo.
Qué bonito!,
puedo decir hoy sin miramientos cursis.
Cada núcleo
tenía su empleo, su negocito, su taller, los chicos debíamos trabajar también y
no había quien se escandalizara por ello. Yo era "periodista junto con mi
hermano Pedro, porque vendíamos "El Mensaje".
Todavía, aunque
lejana, persiste en mi mente aquella imagen en que un fin de mes, a temprana
hora y regresando de vacaciones de mi escuela el Seminario
Apostólico de
Santiago Tuxtla a Acayucan, me topo en la banqueta del Hotel Ritz, vecino a la
casa paterna, con mi hermano Raúl, el Benjamín de la familia que contaba con
unos siete años de edad y ya se ganaba la vida barriendo la calle del frente
del hotel: me dice entonces con decisión de gente grande: “¡Si necesitas dinero
te doy de mis ahorros eh¡”.
En serio cómo me
hubiera dado gusto que las actuales generaciones pudieran apreciar aquellos tiempos
y aquella vida, esfuerzos y conducta de las personas de entonces.
Pero, como dijo
Pablo Neruda, nosotros los de entonces, ya no somos los mismos.
Pero hasta el
gobierno del priísta Miguel Alemán Velasco todavía en Veracruz vivíamos en paz.
Como igual lo vivimos en los anteriores gobiernos priístas, con algunos muy
malos detalles en los de López Arias, Hernández Ochoa, Acosta Lagunes,
Gutiérrez Barrios, Dante Delgado y Patricio Chirinos pero en general fueron más
positivos.
No creo que haya
más malas diferencias con los gobiernos de otros partidos y otras entidades o
el propio del gobierno federal.
Me consta y no
pretendo polemizar con nadie. Lamentablemente y como se decía en aquella serie
de caricaturas de los años ochenta aún sin “la espada del augurio”, más allá de
lo evidente todos hemos podido ver que las cosas se descompusieron a partir del
priísta Fidel Herrera Beltrán a la fecha, con la irrupción del narcotráfico y
su terrorífico paso.
En la
actualidad, si no fuera porque el candidato a gobernador es Héctor Yunes Landa,
yo también votaría contra el PRI. Entre
las reglas de oro del periodismo está la imparcialidad y así la he tratado de
practicar a lo largo de mi trayectoria, pero en este caso conozco a Héctor
Yunes Landa y se que es un político honrado, diferente y que si la sociedad
veracruzana reflexiona en este punto y lo lleva a la gubernatura con su voto en
las urnas, hará un papel positivo, muy diferente al de sus últimos antecesores. Tampoco
podrá resolver todos los problemas de la noche a la mañana. Eso nadie lo podrá
hacer, ninguno de los demás aspirantes. Incluso
para resolverlo se necesita de la voluntad de apoyo del gobierno federal y por
lo que se ve, Peña Nieto el Presidente de la República no quiere ayudar a
Veracruz con los problemas económicos y de inseguridad.
Acaso Peña habrá
ayudado ya al estado en otras situaciones, pero su gobierno federal está
obligado a intervenir cuando menos en lo de la inseguridad y no lo hace como se
debe.
De seguir así,
obvio que el PRI perderá Veracruz, pero también la próxima elección
presidencial.
Eso, ni dudarlo.
SOBRESALIENTE
***Ayer en la
reunión de mis amigos que honran la memoria de Noé Valdés, saludé a la señora
Sonia Guadalupe Sánchez, que fuera una digna primera dama de Veracruz: Su
inteligencia, su talento pero también su nobleza, su sencillez y deseo de
servir positivamente se advierten a leguas. La última vez que la traté fue en
aquel campo deportivo de Pánuco, cuando le organizó un buen acto de despedida
en el noviembre antes de que Patricio Chirinos entregara el gobierno del estado
a don Miguel Alemán Velasco.
Aquella vez le
vaticiné sería una “excelente senadora” por Veracruz. Es una mujer admirable a
todas luces.
Tenga el lector
armonía y paz entre sus seres queridos.
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