LA MENTIRA DURA MIENTRAS LA VERDAD NO LLEGA, LA ECONOMÍA MEXICANA POR LOS SUELOS Y EL POLÍTICO DICE QUE ESTÁ BIEN. J. L. L. O.
Quienes
aún tienen hijos pequeños en edad escolar andan en las casas de empeño dejando
hasta los enseres domésticos, sobre todo aquellas familias en las que tienen
más de dos hijos, esos al momento actual ya no saben ni como se llaman, piden
en donde puedan pedir con tal de poder cumplirles a sus hijos, el día de
entrada a clases está a la vuelta de la esquina, y saben esos padres que el
llegar sus hijos sin útiles completos es empezar a la burla de los demás
alumnos, sobre todo porque los maestros tienen ya como costumbre ridiculizar al
alumno que no llega con todos los útiles encargados, ni que decir respectos a
los uniformes, incluso existen planteles educativos que, si el alumno no llega
con ese uniforme sencillamente no le dejan entrar a la escuela. Desde ahí
empiezan ahora con el famoso BULLYING, que no es otra que el acoso escolar,
bien entre alumnos o bien entre los mismos maestros que, quizá sin darse
cuenta, son los que le propician poniendo al alumno en vergüenza delante de los
compañeros por no poder llevar completos todos y cada uno de los útiles y
uniformes exigidos, bien por el plantel o bien por los maestros. Es desde ese
momento donde para muchos de esos alumnos empieza su calvario. Debemos de
recordar que la infancia es la época más violenta del humano, es cuando hacemos
más daño sin, muchas de las veces, darnos cuenta de ello, la niñez carece del
raciocinio para el entendimiento veraz de lo que es bueno o lo que es malo, de ahí que, desconocedores de la maldad de nuestras acciones sobajamos al compañero
(a) y de ahí se llega al maltrato con los golpes , aunado a ese comportamiento
viene la despreocupación del mentor que para evitarse complicaciones con los
padres no intervienen en la conducta
agresiva de la niñez.
Retorno escolar y alimentos
En los días de ayer no
existían ese tipo de problemas, los maestros estaban autorizados en cuanto a las
reprimendas hacia los educandos, tenían el derecho de darnos reglazos y jalar
nuestras patillas si el caso lo ameritaba, y lo mejor del asunto estaba en que,
si llegábamos a la casa llorando o quejándonos de que el maestro nos había
corregido con regla y cintos, nuestros padres, sin más explicación nos
terminaban de surtir con el consabido; si te pego el maestro fue porque te
portaste mal, a la escuela vas a aprender y no a portarte mal y ni faltarle al
maestro. Mire usted hacia atrás del tiempo, había menos delincuencia, drogas y
demás vicios entre la juventud era cosa de una entre miles. La corrección salía
desde casa y llegaba uno a la escuela con el consentimiento para los maestros
de corregirnos como el entender de ellos se diera. Cierto que algunos de esos
maestros abusaban las facultades y se extralimitaban en sus acciones, pero
ninguno de los que estudiábamos con ellos íbamos a casa para quejarnos de ese
maestro pegalon, los había quienes se hacían famosos por su varita de palo de
zapote, duro como la piedra, o por su cuartita de cuero que como ardía.
Muy raro era el maestro
que, en las horas del recreo no estaba en el patio escolar para ver que
hacíamos los chamacos, como jugábamos y como nos empujábamos en los juegos, los
que sobrepasaban los límites eran aplacados inmediatamente, los más rijosos nos
llevaba el maestro a la dirección como castigo, y si el caso lo ameritaba nos
dejaban hasta que los padres o algún familiar de respeto venia por nosotros,
lógicamente ahí se daban las quejas y ya en casa, reprimenda o cinturón de
castigo. Quienes somos del medio siglo pasado nos debemos de acordar muy bien
cómo eran esos tiempos, y viene la pregunta: ¿Cuántos que somos de aquellas
épocas estamos locos, cuántos de nosotros somos delincuentes, somos parte de
las mafias o drogadictos?. En aquellas épocas, tanto los maestros como padres
se encargaban de enseñarnos valores morales que hoy, por desgracia, están en
desconocidos o fuera de seguimiento. Recuerdo que los maestros de primaria, el
que más llegaba era a una bicicleta, solamente los que podían conseguirse una
catedra en la universidad u otra escuela podían aspirar a comprarse un carrito,
las más de las veces de segunda mano, los más andaban a pie y con zapatos hasta
con sus hoyitos en las suelas. Aunque ustedes sean escépticos al respecto,
aquellos maestros eran auténticos apósteles de la enseñanza, cada uno de ellos
vivían en una medianía que iba casi en la pobreza, y sin embargo a ninguno le
veíamos con el entrecejo fruncido cual decepcionado de su labor, siempre con su
frente a lo alto mirando a padres y alumnos con el orgullo propio de su
profesión, cuando recibían un corte de pantalón su rostro se iluminaba de un
contento sincero, y les veíamos estreno de pantalón y él mismo nos decía de
quien había recibido ese corte de pantalón.
Mi primaria fue en la
escuela MACIAS, donde estuvieron muchos de los que hoy son hasta líderes de
universidades, (saludos Papo, Ramos) y otros que hasta alcaldes han sido tanto
del puerto como de ciudades circunvecinas, pero que de aquella época alguno
este en los anales de la delincuencia no he visto ningún nombre, y créanme que
la educación se metía con cinturón y reglas, y a todos ellos les recordamos con
cariño, y ya adultos, cuando por la calles les veíamos el saludo era, amén de
respetuoso, con el cariño sincero de ver aquel mentor que supo brindarnos sus
enseñanzas. La cauda de maestros de aquellos años vino a menos con la era
sindical, fue cuando todos ellos empezaron a pugnar por hacerse líder de tal o
cual sección y, llevando con ellos a sus lame suelas las cosas cambiaron para mal.
Ropa, calzado y uniformes
Creo que cambiamos
drásticamente el punto a tratar, pero valió la pena recordar, aunque sin
exponer nombres porque habría inagotable el papel, aquellos años en los que
nadie le hacía el hoy famoso bullying al compañero y los mentores eran
auténticos apósteles de la enseñanza. El tema principal están cifrado en las
carestías de todo lo concerniente a éste regreso a clases, cuando en el ayer se
podía entrar a la escuela hasta con papel de traza para escribir y los maestros
no nos sacaban del salón de clases, compañeros que iban sin calzado, es decir
descalzos y eran admitidos sin ningún repudio y menos burla por parte de
maestro ni compañeros alumnos, incluso esos eran de los más aplicados y ejemplo
de los demás por su dedicación al estudio, y creo que como ya están bostezando
dejamos a ustedes como siempre sus correos demás con gusto. http//.crucero-politico.blogspot.mx loyocrucero@hotmail.com , loyocruceropolitico@yahoo.com.mx , Twitter @LoyoOchoa Facebook loyocrucero y
esperemos que muy pronto podamos poner a sus órdenes su portal de internet
cruceropolitico.com.mx y/o cruceropolitico.mx agradeciéndole haber permitido
exponerle el viacrucis familiar por la entrada a clases de los nuevos
alumnos.
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