¿Destruimos la Tierra?

EL HOMBRE ES EL PEOR ENEMIGO DEL HOMBRE, SE MATA POR EL SOLO PLACER DE HACER DAÑO Y ROBA MUCHO MÁS DE LO QUE PUEDE CARGAR.                          J. L. L. O. 

   Algo en lo que muy pocos nos detenemos a observar y analizar y que si lo hiciéramos, sin duda alguna haría cambiar nuestra forma de ser, se relaciona con ésta la forma de vida que conceptuamos en éste planeta llamado Tierra, al cual estamos llevando a su destrucción irremediable, pero éste planeta no es, en modo alguno, un condominio o una casa del Infonavit, de esas que son de úsese y tírese, es decir, cuando a usted ya no le parezca vivir ahí la puede vender y cambiarse a otro tipo de vivienda, sencillamente ésta la gran casa que es el planeta Tierra es nuestra única morada. Imagínese usted quitándole el cimiento a su casa, lado por lado, castillo por castillo, cuando menos cuenta se de esa casa habrá de venirse abajo, cayendo desde los techos hasta las paredes sin remedio alguno, es así como, desde hace a lo mucho cien años para acá hemos venido haciendo con ésta casa que supuestamente es de todos, igual a uno de esos condominios en donde viven decenas de familias, sin entender que ahí nada es de nadie, el techo de usted es el piso de arriba y su pared es la pared del de junto. Igual es éste planeta en que vivimos los que creemos ser seres pensantes, pero que en la realidad somos seres destructores, estamos acabando con el planeta y, a diferencia de esos condominios, no tenemos a donde ir cuando empiecen a caer los pedazos del mismo el espacio infinito. Esas extracciones de gases, petróleo y todo el producto natural que se extrae del subsuelo es como si quitáramos esos cimientos de la casa que habitamos, con la diferencia grandísima de que de aquí no tendremos a donde ir más que al espacio infinito pero ya en calidad de fiambres.

¿Los hijos de nuestros hijos?

Los cambios climáticos son clara advertencia de lo que le estamos haciendo a ésta casa, la estamos destruyendo a pasos agigantados y sin vuelta de hoja, y aquí no es para decirle al vecino que ya deje de golpear su pared por también es mi pared, ni que deje de zapatear su piso porque es mi techo. Quienes nos llamamos seres humanos, los seres pensantes del planeta somos en realidad, quienes le estamos destruyendo, observemos a las otros seres que habitan aquí, incluyendo las plantas, todos esos seres observan un cuidado completo del equilibrio de su casa, y nosotros que nos auto nombramos pensantes somos los únicos que le estamos destruyendo. Sin duda alguna la descendencia llamada humana llegará sin remedio a su fin muy pronto, quizá antes de que termine éste milenio que hoy corre, agua será en muy poco tiempo el líquido más caro de la tierra, en las casas que vayan quedando se habrá de ir racionando a, quizá, un vasito por persona al día, y eso si bien les va, comida habremos de recoger lo que por ahí vayamos encontrando tirada, y eso si alguien pudiera tirarla, no especulamos y menos aún nos sentimos adivinos, pero eso y no otra cosa es las destrucciones masivas que estamos haciéndole a ésta casa que nos prestaron.

Lo único que nos quedará de consuelo será que, todo los que los políticos corruptos se van robando diariamente de nada les habrá de servir, cuando éste globo se desbarate y estalle expandiéndose por el espacio nada se habrán de llevar con ellos, todo habrá de quedar en alguna órbita fuera de la nuestra. Ojo, no somos brujos ni adivinos, pero ese es el futuro al cual, en loca carrera estamos enfilando todos los que nos llamamos seres pensantes. Y por hoy hasta aquí dejamos su espacio esperando que, aunque solo sea un poco podamos ver la premura que llevamos por destruirnos unos a los otros sin remedio, y dejamos correos y demás modernidades para tratar de servirles: wttp://crucero-politico.blogspot,mx  loyocrucero@hotmail.com  ,  loyocruceropolitico@yahoo.com.mx  ,  Twitter @LoyoOchoa , Facebook loyocrucero y ese portal que no quiere quedar cruceropolitico.com.mx  y/o cruceropolitico.mx  y disculpen si hoy pecamos de pesimistas pero alguien tiene que hacer algo por abrirnos los ojos. Gracias.