PLANA MAYOR

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·        Veracruz no es “violento”, Herrera

Gaudencio García Rivera

         

Veracruz se vuelve a colocar en el ojo del huracán, por sus contrastes abismales, el deterioro del tejido social que sigue siendo asimétrico con todo el despliegue publicitario del poder público, y la diversidad pluriétnica. Estamos lejos de  ser el lugar paradisiaco que describía el músico poeta Agustín Lara. 

La apología que se hace de Veracruz es distinta a la opinión que se tiene en el altiplano y en el extranjero. Las voces discordantes pueden tener tintes partidistas o viscerales de alguna élite o cofradía, pero  a veces, no lo son.  Un estado “violento”, es la visión que tienen del Estado, más allá de las fronteras del país.

No es ni ha sido suficiente el esfuerzo que ha hecho la clase política gobernante, porque sigue siendo una gran deuda para los mandantes el déficit de la seguridad pública, corrupción, enriquecimiento inexplicable, impunidad, nepotismo y simulación que permea en las esferas gubernamentales.

Solo basta que un sobresaliente servidor público del gobierno duartista viaje al extranjero, para saber lo que se dice y habla de Veracruz. ¿A quién se podría responsabilizar de esta campaña mediática? ¿Quién o quienes mecen la cuna? ¡A los enemigos del régimen duartista que están esbozados en el extranjero! ¿Quién?      

No se trata de justificar, de echarle la culpa a los enemigos del desastre, a los apocalípticos o a los revanchistas del sexenio –por cierto, con la reforma política electoral se desató un canibalismo político con los que están en contra de su vigencia-, se trata de reconocer que la batalla contra la inseguridad pública,  corrupción e impunidad sigue siendo un reclamo no cubierto suficientemente a la sociedad. Y ya entremos al cuarto año de la administración duartista. 

Si han reputado los plagios, robos con violencia y crímenes en la geografía veracruzana es porque la policía de la SSP  ha sido ineficiente, incapaz y tardía. Y en parte, porque la  corrupción de los cuerpos policiacos con el crimen organizado y la falta de la certificación de las policías municipales, continúan abonando al descredito y desdoro ciudadano.

Veracruz no tendría que estar en el ojo de los inquisidores de la capital del país o del extranjero. Si no es por el viaje que realizó a Madrid, España, el subsecretario de Turismo del gobierno duartista, Guillermo Herrera Mendoza, en los últimos días de enero, para participar en la Feria Internacional de Turismo, no se viera dado cuenta de la pésima imagen que se tiene de Veracruz en Europa.

El expriista, exconvergente, excolaborador del exgobernador Dante Delgado Rannauro y hoy acendrado funcionario del régimen duartista, Herrera Mendoza atribuye esta mala imagen que se tiene de que Veracruz es “un estado violento” a la escasa avalancha de turistas extranjeros. Por ello,  dice que “Pretendemos cambiar esa idea del Veracruz inseguro a través de la publicidad y la promoción”.

Según estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, órgano del gobierno federal que lleva el conteo trimestral de los delitos de alto impacto social que se cometen en el país, en el 2014 en Veracruz se cometieron 48 mil diversos delitos de alto y bajo impacto social que representa el 3% del total del país. 

El Ministerio de Asuntos Exteriores español aconseja a sus viajeros que eviten el norte de Veracruz “salvo necesidad personal o laboral”, por considerarlo una zona de especial peligrosidad, y que extremen “la precaución en la totalidad del Estado, designado como una región de peligrosidad media”, de acuerdo con el periódico El País.

¿Por qué tiene que ser en el extranjero o en la capital del país donde se tenga una mejor percepción de los males endémicos que asolan a Veracruz? ¿Por qué se insiste que Veracruz está casi en jauja cuando las finanzas públicas están en picada, con un grave déficit que han comprometido las arcas para las próximas tres décadas?  El destino de Veracruz en los próximos dos años es y será complicado, cuando se elija al próximo sucesor del actual gobernador.

¿Cómo se resolverá el déficit presupuestal del Estado que asciende a más de 40 mil millones de pesos, con el reciente préstamo de 5 mil millones de pesos?, es la interrogante que circula entre los apologistas y críticos de la clase política gobernante. ¿Quién o quienes le encontrarán la cuadratura al círculo  del pasivo?  Comentarios A gaugar55@gmail.com