Agosto 29/2012
J. L. L. O.
Estamos inundados de los spots que nos
demuestran, según creencia de quien es el presidente actual, que su gobierno ha
sido para todos los mexicanos un cuento de hadas con la princesa y los pajes
tirando pétalos a su paso, aunque justo es exponer que éste acto no es solo del
presidente que sale, es cosa común en todos y cada uno de los que han llegado y
salido desde que en nuestro País nos quitamos el yugo de los conquistadores
peninsulares para cambiar dicho yugo por el de los criollos, esos que hoy, en
cuanto asumen el poder salen en la búsqueda de sus antepasados para irles e
rendir pleitesía a la madre patria, llevando su óbolo de agradecimiento al otro
lado del continente para que pongan, bien una en una banca o, si el óbolo es
generoso, toda una calle con el nombre del padre o la madre, es la costumbre en
la madre patria.
Recordemos al que iba a defender nuestra moneda, el peso,
como un perro. Qué fácil es regalar lo que nada les cuesta, como decían los
abuelos; “es muy fácil saludar con sombrero ajeno”, olvidan éstos seres, una
vez ungidos con sus bandas de jefazos a los pueblos que les pusieron donde
ahora dilapidan los billetes que, supuestamente, habrían de cuidar para brindar
bienestar precisamente a ese pueblo que los puso en lo más alto de la escala
social de un País, un Estado o un municipio, y salen buscando sus raíces
olvidando que están aquí, donde nacieron y les hicieron “gente”, subirse a los
peldaños del poder hace a los más débiles creerse los más fuertes, y así, con
un ejército que a manera de saludo les lauda hasta por el paso que dan, pierden
la noción de una realidad que debe ser cumplida para bienestar de ese pueblo
que creyó en ellos, repetimos, no es privativo del que al día cercano habrá de
dejar esa silla ansiada por miles o millones, es algo común al género humano y
difícilmente puede ser desterrado, sobre todo teniendo en cuenta que somos eso,
humanos que aunque del mismo barro, nunca somos del mismo molde, luego entonces
al llegar al poder creen a píe juntillas que fueron hechos de moldes del
olimpo, donde se crean a los Dioses y que ellos son a no dudar, hijos
transformados ahora en semidioses muy por arriba de los demás mortales.
Como decían los abuelos; “ya sentados en una silla de
poder creen que ni los pedos les apestan”, y así, con esas legiones de
aduladores se crecen al halago y se sienten en verdad ser provenientes del
reino de esos dioses. Pero bien, ya nos fuimos hasta la madre patria y volvimos
restregando un mal hereditario de un político a otro, el caso está que, ahora
que sale un Calderón Hinojosa vienen por cientos cada segundo sus spots donde
nos demuestra que sus gestión, a no dudar, ha sido más que la mejor,
sencillamente nos demuestra que ningún otro presidente ha logrado hacer todo
eso que él hizo en los seis de su gobierno, y aquí cabe aclarar que, en verdad
es cierto, ningún otro que se ha ceñido la banda presidencial ha enlutado tantas
familias ningún otro como él ha sido creador de una cadena de desempleo tan
prolifera como él, ningún otro como él ha pagado tanto en todos los países
extranjeros porque le pongan en un pedestal inmerecido, donde cada visita quien
sabe a cuanto hacienden los millones de pesos que le cuesta el pueblo mexicano
que le rindan del tributo que le rinden, que le lancen vítores y loas, y es que
todo eso estimado, cuesta millones de pesos, a nadie en el extranjero le tiran
pétalos a su paso si antes no compró la florería completa.
Y es así como hoy tenemos hasta en la sopa y los fríjoles
la imagen divina del todopoderoso que ya se retira, pero antes quiere dejarnos,
cual pirámides de TEHOTIHUACAN constancia de haber sido sin duda alguna el
mejor de todos cuantos se han sentado en esa silla presidencial. HURRA AL
MEJOR PRESIDENTE DE MÉXICO, todos los mexicanos estamos más que orgullosos de
haber tenido a un señor presidente con la calidad de un Jelipe Calderón, en
verdad estimados lectores, ni en los dulces sueños hemos sido merecedores de
tener alguien como ese señor que nos llenó de luto por todos los rincones del
País, hay velas prendidas en miles de hogares mexicanos gracias a su valor y
energía para combatir a los malos, no en balde los GRINGOS le han lanzado loas
y laureles por esas acciones de todo un valiente, incluso los gringos ya lo comparan
con Eliot Ness y John Wayne, los
representantes de la HOMBRIA GRINGA, algo que sin duda tiene postrado en el
sueño del olimpo a un señor presidente, en fin, será la hora de vitorear al
máximo representante mexicano de aquella gloria azteca de los caballeros águila
y los hombres tigres, olvidando que en ese tiempo, para estar en esas castas
divinas el requisito primordial estaba en ser lo que hoy se llama GAY, pero que
en el País nuestro le decimos maricones, sea por dios.
Ahora solo nos resta esperar que, quienes le dimos el
sufragio al tricolor no hayamos equivocado a la hora de emitirlo, seis años
pueden parecer nada pero son muchos días y noches, esperemos que el nuevo
jefazo de México no nos salga ni por asomo de equivocación igual al que se va,
y menos que nos salga peor, como dicen los cubanos; “selía la muelte chico, la
muelte”.
Y nos despedimos de nuestro querido amigo Humberto
Troncoso, un amigo en donde están todos esos que saben ser amigos, pero que
lamentablemente son muy pocos, sin embargo el buen Polo tuvo lleno total, las
pompas fúnebres fueron el sindicato de electricistas, en donde la concurrencia
estuvo al por mayor, y repetimos, de puros amigos de verdad, de esos que muchos
adinerados o uno que otro político quisiera poder tener, y aunque Polo Troncoso
siempre se movió en la política fue un fuera de serie, uno de esos pocos
privilegiados por la vida que se
granjean sinceramente al amigo. Y bien, en los bajos del sindicato se hizo la
misa de rigor con todo y sacerdote eclesiástico, mucha seriedad como corresponde a un acto
luctuoso, pero termina la misa y cargan el féretro al piso de arriba del
sindicato, es decir, al amplio salón, en donde ya estaba instalada orquesta de el
gran Moscovita, y de ahí para adelante eso fue un hermoso pachangón que
solamente aquí en el terruño bendecido por un gran Dios suele darse, música en
vivo y bailadores de corazón, pero si le parece mucho deje contarle; alrededor del féretro empieza el baile en todo
su apogeo, lagrimas Y congojas nada, a quien se estaba velando fue un hombre
fuera de serie, alguien que supo vivir su vida gozando de ella hasta el último
momento.